Porcía celebró ayer la restauración de la Virgen. La talla, del siglo XVII, vuelve a lucir su policromonía original gracias a una campaña iniciada por los feligreses. La inversión rondó los 2.600 euros. El trabajo de los restauradores Alejandro San Tirso y Belén Montes consistió en limpiar y mejorar las partes más deterioradas y que ya habían sido pintadas varias veces, y en tratar la madera de la estructura de la talla.

Una de las feligresas que hizo posible este mejora fue María Elda Villanueva. Ayer empezó la jornada trabajando para que la procesión con la Virgen luciera como nunca. Ella recuerda cuando acudía con su madre, fallecida hace cuatro años, a la misa y la posterior romería. "Vengo siempre porque se lo debo a ella".

En Porcía, la fiesta empezó temprano. A las 11 horas había poco sitio para aparcar y la Guardia Civil se veía obligada a dirigir el tráfico en un pequeño pueblo de El Franco que cada 8 de septiembre visitan multitudes.

Honorina Suárez y José Manuel Pérez viven en Gijón. Viajan a Porcía siempre que los quehaceres se lo permiten. "Hay que 'echar' un baile", dijeron en la alameda de Porcía. Disfrutaron del sol y también de una comida campestre acompañada de sidra.

Miles de personas hicieron lo mismo y muchas de ellas destacaron dos cosas de Porcía: el ambiente familiar y el privilegiado entorno del río y la alameda.