Con la vista puesta en el futuro, María Isabel Morodo asegura que continuar con el negocio es "puro romanticismo". Ella estuvo vinculada a la tienda desde los 16 años, primero trabajando solo los veranos, y ahora no sabe si con ella se acabará el traspaso generacional del negocio.

"Conocí buenos tiempos, que no tienen nada que ver con lo de ahora, pero hay que seguir mientras se pueda", apunta. Hace referencia a años atrás, cuando aparte de la tienda tenían un bajo en las proximidades en el que tenían los artículos de puericultura y en Navidad se llenaba de juguetes. "Llegaba un camión de Valencia y vaciaba aquí todos los juguetes", rememora.

Al frente del comercio del Redondo está ahora Teresa Fernández, natural del pueblo allandés de Comba, que antes de hacerse cargo del establecimiento estaba afincada en Oviedo. Confiesa que hacerse cargo de una tienda con tanta historia "es una aventura un poco loca", pero está contenta con la acogida que ha recibido de la gente. "Mantengo la clientela tradicional y veo que poco a poco se va incrementando", subraya. La idea que tiene es poder incluir entre los productos de venta, que siguen siendo relacionados con el textil, el calzado y los complementos, artículos más juveniles para seguir atrayendo público nuevo.