A pesar de que el Camino de Santiago no cruza por Zarracín (Tineo), sino que pasa unos metros más arriba del pueblo, los vecinos disfrutan de la llegada de los peregrinos, que consiguen romper la monotonía de una localidad que en los últimos años ha perdido gran cantidad de población, hasta el punto de que, de forma habitual, solo están habitadas la mitad de las casas que conforman el núcleo.

Su ubicación, a poco más de tres kilómetros de la villa tinetense y a mucha menos distancia del polígono de La Curiscada, no ha evitado el éxodo rural ni que los vecinos que quedan aseguren que el pueblo no es ni la mitad de lo que llegó a ser.

"Hay días que no te encuentras con nadie por las calles, suerte que muchas veces, cuando vamos a llevar las vacas, nos tropezamos con los peregrinos y charlamos un rato", apunta Vidalina Fernández. José Manuel Bueno también disfruta de la visita de los caminantes, que, asegura, le entretienen mucho, aunque lamenta que "los que más ganas de hablar tienen son los extranjeros, y no los entiendo".

Zarracín fue siempre un pueblo ganadero y aún mantiene la tradición, con varias ganaderías tanto de producción lechera como cárnica. También tuvo un pasado muy emigrante. Cuba, primero, y luego Venezuela y países europeos como Francia, Alemania Suiza, fueron los destinos de los vecinos que tuvieron que salir en busca de un futuro. "En las casas había muchos hijos y solo se podía quedar uno, el resto tenía que emigrar", recuerda Vidalina Fernández, quien detalla que en su casa tanto su padre como su abuelo se fueron a La Habana y dejaron en el pueblo a sus mujeres e hijos.

El pueblo no tuvo nunca escuela ni tiene capilla; para disfrutar de ellos debían trasladarse a la parroquia, a la localidad de Santa Eulalia, a pocos metros de distancia. Pero con lo que sí cuentan es con una fuente y lavadero, que espera a ser reformado. "Le hace falta un arreglo en el tejado y en los bebederos, que se esperaba cuando se mejoraron los caminos, pero no se hizo", explica Acelino Gayo, quien rememora que, antes de las obras de acondicionamiento de los caminos del núcleo, que se realizaron hace unos cuatro años, apenas entraban los coches en el pueblo.