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MARIÁN ABELLO | Presidenta de la asociación cultural "Entremís"

"En Cerredo tenemos uno de los bosques más singulares que hay en Asturias"

"Estamos expectantes porque si la mina se acaba, el vacío humano aquí va a ser muy grande"

Marián Abello, en Cerredo. D. ÁLVAREZ

La asociación cultural "Entremís" nació en 2014 con ganas de revolucionar la localidad de Cerredo (Degaña), mirando hacía su pasado para acercarlo a su presente. Con su trabajo han retrocedido a la época celta siguiendo las huellas que las civilizaciones pasadas han ido dejando en el territorio. De ese trabajo han surgido dos de las actividades más reconocidas de la asociación, la Francesada y la celebración de San Roque. Su presidenta, Marián Abello, explica que la asociación tiene muchos más proyectos en marcha, no solo en el ámbito cultural, sino también natural e industrial. "Entremís" fue fundada por cuatro personas y cuenta con varios colaboradores.

-La Francesada y la fiesta de San Roque son dos de sus actividades insignia. ¿Cómo surgieron estas iniciativas?

-Son las dos actividades que más se ven, pero no las únicas, ni tampoco las que más tiempo nos lleva organizar. Los arcos decorativos de San Roque era una tradición que no conocía ni la gente joven ni la de mediana edad. Lo primero que hicimos como asociación fue reunirnos con los mayores de Cerredo, que nos contaron gran cantidad de cosas con una gran carga cultural e histórica, lo que nos hizo darnos cuenta de que no se conocía nada de Cerredo, solo la mina. La gente mayor nos hablaba de historias de los franceses que les habían relatado a ellos e investigando llegamos a entender que se referían a la llegada de la Junta Superior de Asturias en mayo de 1810 perseguida por las tropas francesas.

-De ahí nació la Francesada, que tiene tres años, pero la decoración de arcos y balcones para San Roque ya existía, ¿por qué se perdió?

-Simplemente fue dejando de hacerse. Pensamos que alguien pudo traer esa costumbre de adornar los balcones y los arcos con telas coloridas porque no es algo propio del norte. Cerredo siempre fue un sitio de paso y muy acogedor. Hasta aquí venían los pastores de Extremadura y los vaqueiros de alzada. También puede ser una costumbre celta o una mezcla de todas las civilizaciones que pasaron por aquí.

-¿Cómo surgió la asociación?

-Fue justo en San Roque, estábamos los cuatro que formamos la directiva y nos dio pena ver lo decaída que estaba la celebración. Además, los cuatro habíamos estado viviendo fuera y cuando pasa eso ves las cosas con un prisma distinto, así que pensamos que teníamos que hacer algo para cambiarlo. Decidimos que debíamos crear una asociación cultural, natural e industrial porque en Cerredo no podemos separar todo lo que lo compone, ya que es muy pequeño.

-¿Qué otros proyectos culturales tienen en marcha?

-Estamos trabajando en varias cosas, pero estamos en una época de poco dinero. Queremos recuperar la iglesia de Santa María, que tiene un techo mudéjar, creemos que es la única de Asturias con estas características y queremos saber por qué tiene ese estilo. Además, está la capilla del Carmen, que tiene un importante retablo barroco y una talla de madera transición del románico al gótico. Otra de las cosas en las que trabajamos desde el principio fue en la recuperación del pendón de Cerredo, que es del siglo IX. Queremos trabajar con el resto de Asturias y los lugares de España y Portugal que tengan pendones datados para saber qué señores había en el reino Astur y descubrir la historia que no se cuenta en los libros. La recuperación del patsuezo es otro de nuestros objetivos.

-¿En qué están trabajando en el apartado natural?

-Estamos en contacto con sitios de Europa para ver cómo trabajan dentro de los parques naturales para que el nivel de vida sea lo mejor posible. Lo que intentamos es concienciar a los organismos, a las instituciones, de que tenemos un patrimonio importantísimo, con un bosque de los más singulares que hay en Asturias, pues tiene todas las especies de árboles e incluso alguna que no hay en otros sitios porque está a buena altura. Además, el monte de Cerredo tiene su historia, ya que es el resultado de su compra por parte de los vecinos en la desamortización. Las personas que vivían aquí tuvieron que hacer grandes esfuerzos para poder pagarlo.

-¿Y en la parte industrial?

-Tenemos un plan director que presentamos ante las consejerías. Lo que busca es una reactivación de Cerredo a todos los niveles. Queremos recuperar las sendas industriales porque, además de la mina, hubo caleiros. También intentamos contextualizar la minería, desde que un vecino de Cerredo sacaba carbón con bueyes de una de sus tierras hasta que llegó la época más industrial, después de la Guerra Civil. Además, hablamos de una mina con unas características con las que hay muy pocas, ya que da un carbón muy limpio, hay poco grisú y mayor ventilación al ser de montaña y no tener pozo. En todo esto trabajamos codo con codo con la parroquia rural.

-¿Qué futuro ve para Cerredo dada la situación que afronta la minería?

-Somos conscientes de que todo lo que tenemos sale de la naturaleza y de eso aquí tenemos mucho. Pensamos que se pueden hacer muchas cosas para dar un poco más de trabajo, pero siempre compatibilizándolo con la minería. Estamos expectantes para ver qué pasa con la empresa; si la mina se acaba, el vacío humano en Cerredo va a ser muy grande.

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