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Los Curie, de boda en Tapia

El día que se casaba su hijo en Francia, el nieto de los científicos y su esposa conocen en Tapia la "alegría" de las ceremonias asturianas en el enlace de Marta Estévez y Bruno García

José Emilio Reiriz y María del Carmen Fernández, durante la lectura de los versos de "Teresa", de Graciano García. A. M. S.

En el marco incomparable del campo San Sebastián de Tapia de Casariego, con el mar de fondo, la literatura del director emérito vitalicio de la Fundación Princesa de Asturias, Graciano García, y la presencia del nieto de Pierre y Marie Curie. Así se casaron ayer los tapiegos Marta Estévez y Bruno García.

El matrimonio Curie no quiso perderse esta boda civil. En realidad, dejaron atrás sus planes en Francia para inaugurar una exposición española sobre ciencia y mujer. Pero en el camino se encontraron con más actos de los previstos y con invitaciones que no quisieron rechazar. "Les gusta conocer cosas nuevas", dijeron Belén Yuste y Sonnia Rivas-Caballero, las personas que investigan sobre Marie Curie y que han hecho posible este viaje, el sexto del matrimonio Curie a España, y el primero a Tapia.

Pierre Joliot-Curie y Anne se mostraron sorprendidos por la "alegría" de la boda civil y por el sonar de las gaitas en la Atalaya tapiega. Al final, se hicieron foto con el ya matrimonio y confesaron un secreto que tenían guardado: dos horas antes del oficio civil al que asistieron en Tapia se casaba su hijo mayor en Pessac. Pierre Joliot-Curie había cerrado antes su viaje a Asturias y "por su alto sentido del compromiso" decidió no dar marcha atrás.

La ceremonia tapiega fue también especial porque en ella se leyeron versos de Graciano García. La esposa del concejal que ofició la ceremonia, María del Carmen Fernández, recuperó estrofas de "Teresa" para dedicarlas a los novios. "Teresa es amor, juventud, alegría, vida... cuatro cosas que percibo cuando estoy con vosotros", dijo. Los versos sonaron claros en Tapia, el lugar que tanto visita Graciano García y donde trabó amistad con el edil que ofició la boda, José Emilio Reiriz. "No nos rindáis ante la adversidad ni claudiquéis ante la mentira", se escucho en la atalaya tapiega.

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