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Arango, un negocio con buen ojo en Vegadeo

La óptica local celebra sus 110 años de historia bajo la regencia de Cristina Fernández, cuarta generación de la familia

Arango, un negocio con buen ojo en Vegadeo

Cristina Fernández abre cada mañana su óptica en el centro de Vegadeo, al igual que hiciera su bisabuelo. En un local asomado a la antigua nacional, esta joven regenta un establecimiento con solera y tradición en la comarca. Es la cuarta generación de la familia en el negocio, que comenzó, en 1907, de la mano de Ángel Arango, como relojería y bazar, y que se ha ido adaptando al paso de los tiempos, procurando siempre cuidar la vista de los veigueños. Ahora cumple 110 años, una efeméride que la propietaria no quiere dejar pasar, por lo que ha preparado escaparates especiales y sorteos para su fiel clientela.

La historia de este negocio familiar da comienzo en 1907, cuando Arango abre una relojería y bazar en el centro de Vegadeo. "No sabemos exactamente qué día fue, lo hemos buscado en los archivos, pero no aparece", afirma su bisnieta, que puntualiza que por aquel entonces "este tipo de establecimientos vendían desde relojes hasta gafas", entre una gran variedad de artículos. Fue con la sucesora del fundador, María Teresa Arango, con la que llegó la especialización. "Ella fue una de las primeras ópticas de España en colegiarse, se centró en este aspecto, y después se siguió esta tradición con mi padre, Ángel Fernández, y conmigo ahora", apunta Cristina Fernández.

En medio queda más de un siglo de servicio al cliente en el mostrador, y mucha evolución técnica y humana en la trastienda. De ser prácticamente "artesanos" de las lentes, se ha pasado a profesionales sanitarios, en continua formación para estar al día de los últimos avances en óptica y optometría. De utilizar biseladoras y máquinas a pedal para tallar los cristales, a utilizar tecnología puntera. Sin embargo, la esencia sigue siendo la misma: "Somos un negocio familiar, que queremos ofrecer lo mejor y más cercano al cliente", dice Fernández.

Además de dar un importante servicio a los vecinos, Óptica Arango ha participado activamente en la vida de la localidad. Por ejemplo, donando y dando nombre al trofeo que durante décadas se entregó al vencedor de un partido amistoso celebrado en plenas fiestas de Vegadeo. Una tradición ya perdida, pero que se quiere recuperar, en forma de exposición, para la celebración de los 110 años de vida de la óptica.

Cristina Fernández, que lleva al frente del negocio desde 2006, reconoce sentirse "muy orgullosa" de ser la cuarta generación al frente de la óptica. "No todo el mundo puede decir que se llegó a la cuarta generación de la misma familia en el mismo negocio", apunta. Considera, además, que "es una suerte heredar un negocio familiar", y añade que es necesario "tener paciencia y optimismo" para que las cosas vayan bien: "Es un pueblo pequeño, y la clientela es la que es. Por eso es preciso seguir formándose y evolucionar. No te puedes estancar".

Entre esos nuevos avances que esta joven veigueña ha incorporado se incluye el uso de las redes sociales, con concursos y sorteos, y la formación en terapia visual, que se basa en entrenamientos para evitar problemas como el ojo vago y el estrabismo. Todo para cuidar, al igual que su bisabuelo, la vista de los veigueños.

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