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Edes, una familia que no para de crecer

"Esperamos ir mejorando", dice el colectivo de integración, que nació como un colegio hace 25 años y que ha añadido servicios de ocio y formación

Foto de familia realizada el sábado, durante los actos de celebración de los 25 años del Colegio Edes, en el auditorio de Tapia de Casariego. G.G.

De la necesidad surgen los proyectos. Crecen, aumentan y se abren a la sociedad, para acabar convertidos en modelos a seguir. Así es la trayectoria del Colegio Edes, un centro que nació hace ahora 25 años para atender las necesidades educativas de las personas con diversidad funcional y que ha consolidado a su alrededor estructuras que garantizan el acceso al ocio y oportunidades de trabajo, además de formar a familias y voluntarios.

En la celebración de las bodas de plata se hace necesario echar la vista atrás, cuando Edes dio sus primeros pasos. "El colegio nació en un principio para cubrir las necesidades de los alumnos y familias de otro centro que dejaba de prestar ese servicio. Empezó a funcionar con una situación bastante precaria en cuanto a instalaciones, personal y transporte. Había que estar buscando financiación todos los años", apunta Antonio García, profesor y el primer presidente de la cooperativa que gestiona el colegio: "Éramos pocos profesionales, que además teníamos que hacer de todo: dar clase, el transporte, y encargarnos de la limpieza", evoca.

Esas carencias se fueron superando con tesón y esfuerzo, aumentando el número de unidades y de personal, hasta lograr una plantilla capaz de ofrecer atención individualizada a los 22 alumnos con que cuenta en la actualidad. La implicación de las familias, "que desde un principio vieron la necesidad de apoyar y participar", como apunta García, dio alas a los profesionales para llegar a ser toda una referencia en el ámbito educativo.

"El centro realiza dos funciones: garantiza que el alumnado con necesidades especiales tiene calidad educativa e igualdad de oportunidades y colabora con la comarca para que la diversidad sea más aceptada, mejor atendida, y que mejore la calidad de vida de las personas con diversidad", incide Susana Bedia, orientadora y actual presidenta de la cooperativa.

El crecimiento del colegio tuvo su punto de inflexión en el año 1999 con la creación de la Fundación Edes, que llega allí donde el centro educativo no podía. "Se ofrece desde entonces una cobertura que desde el colegio es imposible", subraya Antonio García, que considera este paso "fundamental" para la supervivencia de la entidad. Así, comenzaron a surgir programa de ocio y en comunidad para los participantes, y actividades conjuntas con otras asociaciones, "lo que ha supuesto generar espacios inclusivos".

Otra de las funciones es el fomento del empleo en el colectivo, "una necesidad que veíamos desde el principio, y en la que se ha ido trabajando gracias a los programas de formación ocupacional, de prácticas con apoyo, y posteriormente con el centro especial de empleo", reseña García, responsable del funcionamiento de la Fundación.

Los 25 años, dicen en Edes, deber servir para reafirmar el trabajo realizado y perseverar en esta labor. "Esperamos mantener los servicios actuales, e ir poco a poco mejorando. Queremos abrirnos a la participación con otras entidades y colaborar en lo que sea posible", remata Antonio García.

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