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Un veterano certamen agroalimentario en la comarca

La sequía del verano reduce casi a la mitad la producción apícola en Boal

"No podemos estar satisfechos, la campaña ha sido regular", apuntan los productores, que garantizan la calidad que ofrece el producto local

Feria de la Miel, el año pasado, en Boal. A. M. S.

Los amantes de la miel de Boal deberán darse prisa si no quieren que este producto falte en sus despensas. Y es que la cosecha este año se ha visto sensiblemente mermada, principalmente, por las condiciones meteorológicas y de floración durante los meses de verano.

De este modo, se calcula que la temporada que acaba de finalizar se salda con una producción de entre un cincuenta y un sesenta por ciento de la cantidad habitual. Eso sí, el producto mantiene su calidad. De hecho, en la Feria de la Miel de este próximo fin de semana se comenzarán a comercializar tarros producidos en Boal etiquetados con el sello de "Alimentos del Paraíso Natural".

"La campaña ha sido regular, no podemos estar satisfechos", asegura el productor Julio Fernández, uno de los cinco profesionales del municipio. Explica que las colmenas han estado por debajo de su rendimiento habitual: de los 25 o 30 kilos cada una en una buena campaña han pasado a dar entre 15 y 18. "En los meses importantes, que son junio, julio y agosto, la sequía nos afectó mucho", dice Fernández. Así, la floración del castaño "apenas duró ocho días", mientras que la del brezo fue "limitada".

La presencia de la "vespa velutina" aunque se ha dejado notar no ha influido en el trabajo de las abejas, porque se limita a la zona más septentrional del concejo. "Pero en años venideros seguro que será un factor a tener en cuenta", apunta el apicultor.

La calidad se mantiene, porque "la miel de Boal siempre ofrece unos estándares similares", dice Fernández. Para corroborarlo, este fin de semana se pondrá a la venta el primer lote de miel local con la etiqueta que ofrece "garantía, calidad y origen".

Además de los productores profesionales, aquellos que se dedican en exclusiva a la apicultura, se calcula que en el municipio boalés son una centena los aficionados que mantienen colmenas para autoconsumo, una costumbre con mucho arraigo en la zona.

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