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Tres galardones "María Moliner" en el Noroccidente

Lugares para leer y mucho más

"Hacemos más cosas que préstamos y devoluciones", destacan las bibliotecarias de los centros de Tapia, Coaña y Castropol premiados

Lugares para leer y mucho más G. G.

La comarca tiene un tesoro en sus bibliotecas. Más allá de ser simples espacios contenedores de libros, estos centros dinamizan la vida cultural y social de las localidades, fomentan la lectura en todos los niveles y ofrecen una verdadera puerta de entrada al mundo cultural. Prueba de ello son los tres premios "María Moliner" que acaban de recibir las bibliotecas de Castropol, Tapia de Casariego y Coaña, por su labor en favor de la lectura. Sus responsables agradecen este distintivo, sobre todo por que supone una inyección de 1.700 euros para renovar los fondos en una época con presupuestos limitados, y porque confirman que el trabajo que realizan a diario da sus frutos. "No sólo estamos detrás de un mostrador haciendo préstamos y devoluciones; hacemos mucho más", reivindican los profesionales.

Para la "Fernando Villaamil" de Tapia, es el primer premio "María Moliner" que reciben. "Es un alivio muy grande: tenemos muy pocos recursos, aparte de lo que recibimos del Principado. Para lo que necesitamos, nos quedamos un poco cortos", apunta la directora del centro, Emma Nogueiro. Con el premio en metálico se procederá a realizar una renovación de los fondos en la sección infantil, "ya que son los lectores del futuro; aquí leen mucho, estamos encantados", dice Nogueiro.

La biblioteca de Tapia presentó un proyecto denominado "Abriendo puertas, tendiendo puentes", que busca acercar la lectura a toda la población, sea cual sea su edad o condición. Se incluyen, por ejemplo, las actividades de cuentacuentos infantiles, las charlas y ponencias realizadas, o el fomento de los autores en gallego-asturiano, un impulso que se ha dado en colaboración con la Fundación del Parque Histórico del Navia.

No obstante, el plan estrella de esta biblioteca, con 1.300 socios, es la creación de pequeños centros de lectura en la zona rural, sobre todo en aquellos puntos como centros de vecinos, asociaciones o colectivos que también sean un centro de reunión. Emma Nogueiro explica que así "se logra que personas que quizás no puedan acudir a la biblioteca tengan acceso, de forma sencilla, a una pequeña muestra". Se colabora, de esta forma, con la Fundación Edes y con la residencia de Fraternidad en Villamil, donde también se pretende iniciar un club de lectura. "Estará centrado, sobre todo, en la poesía", subraya Nogueiro.

La bibliotecaria de Tapia afirma, además, que los "María Moliner" sirven para difundir el trabajo que se realiza en las bibliotecas: "Hacen que la gente sepa que aquí se trabaja mucho. El bibliotecario no es sólo una persona que atiende al público. Trata en todo momento de mejorar, hacer actividades y colaboraciones. Va mucho más allá de hacer préstamos y devoluciones", asevera.

Más experiencia tienen en Castropol, donde la "Menéndez Pelayo" ya ha cosechado cuatro premios. En este caso, el proyecto se ha dado en denominar "En lo local, biblioteca global", y, de igual forma, incluye una larga lista de actividades pensadas para el fomento de la lectura a todos los niveles.

"Supone una gran alegría, sobre todo por los recursos, en una época en la que estamos bastante escasos de ellos para adquirir libros", apunta Manuela Busto, la directora del centro, que también considera que es "un motivo para estar contentos porque supone que los proyectos que se están proponiendo de alguna manera sean valorados".

Se refiere a las iniciativas realizadas con la infancia, tanto en los centros educativos del concejo como en la propia biblioteca, los tres clubes de lectura, las rutas literarias, el programa "Rompiendo distancias", o el préstamo de ayuda a domicilio junto con los servicios sociales. "Es todo lo que hacemos, para todas las edades, a lo largo del año. Las bibliotecas no sólo son el préstamo de libros, sino todas las propuestas culturales que se impulsan", apunta Manuela Busto.

Bebés

En su caso, destaca la importancia de que los niños aprendan a leer prácticamente desde la cuna. "Trabajamos para que los pequeños se familiaricen con los libros, y para que las familias se den cuenta de que ellos son los lectores del mañana. Las actividades infantiles tienen un peso muy importante, y también los juveniles", señala Busto, que subraya el esfuerzo realizado para mantener el hábito lector en la etapa de la adolescencia.

"En sitios pequeños como éste, Castropol, esa actividad cultural y de fomento de la lectura de las bibliotecas es más necesaria que nunca; y ésta es la tarea que se reconoce con estos premios", concluye Busto.

En Coaña, por su parte, son habituales de estos galardones. Se lo han llevado en varias ocasiones desde el 2003, e incluso fueron merecedores del premio de 12.000 euros en el 2006. "Ahora optamos a los de 1.700 euros; siempre nos presentamos porque es una forma de renovar y actualizar el fondo bibliográfico", incide Ana Méndez, bibliotecaria de la "Gonzalo Anes" de Coaña, ubicada en Ortiguera.

En este caso, el programa premiado es el de "Biblioteca, escuela de ciudadanía". "Hay que sintetizar todo el trabajo que hace la biblioteca en favor de la democratización cultural", dice Méndez, de un trabajo que ha permitido "mantener y hacer crecer la lectura infantil", y que se condensan, por ejemplo, en el proyecto "Nacer leyendo". "Si no trabajamos con la familia, y se naturaliza el hábito de leer desde el hogar, todo cae en saco vacío", apunta Méndez, que concluye señalando que "hay que ser un poco todoterreno para trabajar en la biblioteca rural".

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