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El nuevo mamógrafo de Jarrio reducirá en un 40% la repetición de las pruebas

Ocho de cada diez mujeres del Noroccidente participan en el cribado de cáncer de mama, una tasa alta "pero mejorable", según el hospital

Los técnicos y médicos implicados en las pruebas de mamografía, junto al nuevo equipamiento. G. GARCÍA

El Hospital de Jarrio está de estreno. Los profesionales sanitarios realizan estos días las primeras pruebas con el nuevo mamógrafo digital. El equipo, más preciso y más "amable" con el paciente, al precisar menos radiación, permitirá aumentar la tasa de mujeres que actualmente participan en los cribados de cáncer de mama, una cifra que ronda el ochenta por ciento. "Nos permitirá detectar el cáncer de una forma precoz, con lo cual se podrá tratar antes, lo que a su vez significa una tasa de supervivencia mayor", se congratulan los profesionales sanitarios.

Elba González, jefa de servicio de Radiología, indica, además, que el sistema necesitará "menos radiación" para trabajar, y que se podrán detectar las lesiones a la primera. "Disminuirá en un cuarenta por ciento la tasa de rellamadas. Esto generará menos ansiedad en las pacientes, y aumenta la sensibilidad de las pruebas", incide la radióloga.

El nuevo equipamiento ya está listo para usar. Se encuentra en una sala especialmente decorada con un lazo rosa en el techo, detalle en defensa de la lucha contra el cáncer. Tanto técnicos de rayos como radiólogos y el resto de profesionales implicados en el proceso se encuentran en pleno periodo de formación con expertos. Ya se han realizado las primeras mamografías digitales.

"Estamos encantados, felices, tenemos el equipo que queríamos para dar el mejor servicio a los ciudadanos", asegura González. La especialista explica que el mamógrafo cuenta con tomosíntesis, un sistema que realiza pruebas muy precisas y con un procesado de imágenes que permite ofrecer un resultado final "con una gran resolución". Todo ello, asegura González, hará posible "detectar el cáncer de forma más precoz, con lo cual se va a poder tratar antes, y por lo tanto se va a poder disminuir la mortalidad por cáncer de mama, que es nuestro objetivo final".

El mamógrafo va unido a un equipo profesional que funciona en Jarrio, la Unidad de Mama, que es multidisciplinar: además de radiólogos y técnicos de rayos, se cuenta con ginecólogos, patólogos, oncólogos, psicólogos y enfermeras. "Todo un grupo humano que colabora, se coordina y trabaja unido", destaca González.

De este modo, se aspira a aumentar la tasa de mujeres que acuden al centro para participar en el programa del cribado de mama. Desde Jarrio se envía una notificación a todas las mujeres de entre 49 y 69 años para que se hagan la prueba, y 8 de cada 10 acuden. "Es una tasa alta, pero mejorable", valora Bárbara González de Cangas, directora de Atención Sanitaria y Salud Pública del área del Noroccidente.

Al año se realizan unos 4.000 estudios y, de ellos, 3.300 corresponden al cribado de cáncer de mama. Los datos señalan que el pasado año se detectaron 50 casos de cáncer, y que la media en el área es de unos 41 casos. Además, un 12,8 por ciento de las intervenciones en Ginecología de los últimos dos años se deben a tumores malignos.

Los responsables sanitarios animan a las mujeres que han entrado en el programa de cribado de cáncer de mama a realizarse la prueba. "Es la única forma de detectar a tiempo el tumor, incluso mucho antes de que la propia mujer lo note. Y en quince días ya se saben los resultados", concluye la radióloga Elba González.

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