El pequeño comercio puede hacer "muchas más cosas de las que cree" para mantener e impulsar su valor. Lo dijo en Luarca Manuela Gómez, propietaria de una frutería de éxito en Bilbao. La mujer, con 46 años, heredó la frutería de sus padres y si no cerró "cuando las cosas se pusieron feas" fue gracias a la formación que buscó. "Para empezar, el comerciante debe formarse, es básico; igual un curso de hace diez años ya no vale porque la sociedad y los gustos cambian constantemente", subrayó en un curso celebrado en la antena de la Cámara de Comercio de Luarca.

De cara a la Navidad, "hay que saber contar historias a través del escaparate" para hacer la tienda atractiva. Gómez asegura que se puede contar al cliente muchas cosas. "En mi caso, con una chimenea ficticia y unas castañas evoco un momento especial del otoño", señala. "A veces, también juego con las marcas o con los colores", indica.

También es posible hacer sorteos o crear una zona de fotos (photocall). "Cada vez es más importante divertir al cliente", señala. Gómez cree además que el pequeño comercio "debe tener las cuentas claras". "Es algo que no se suele hacer, pero un negocio pequeño, como una gran empresa, tiene que conocer cuánto le cuesta estar abierto", dice. Otro reto es que los empleados sepan exactamente cuál es su trabajo y qué tienen que hacer en cada caso. Para ello Gómez, ha elaborado documentos sobre el trabajo a desempeñar y sobre la atención al cliente.