El escritor e historiador Javier F. Granda es un vecino de Salas comprometido con su concejo que no acaba de ver con buenos ojos el deterioro del patrimonio salense. Por ello, ha aportado su grano de arena. Acaba de comprar la torre La Devesa de Salas, ubicada cerca de uno de los pasos del río Nonaya por la villa y al pie del Camino de Santiago. "Lo hago para salvarla de una mala restauración que podría terminar con su encanto y origen primitivo", dice Granda, que se niega a desvelar el coste del edificio por ser "algo de carácter privado".
El escritor asegura que en la actualidad se encuentra buscando más información sobre este conjunto del siglo XVI para escribir un libro. Su deseo principal es abrirla al público en una fecha no muy lejana. "Quiero que el visitante, al encontrarse con una torre de este tipo en medio del campo asturiano, compruebe su antigüedad y acceda a su interior, donde entrará en el túnel del tiempo y sentirá la historia del edificio", indica.
El estado del edificio es "bueno", confiesa el comprador, quien añade que para la arqueología vertical "es una fuente interesantísima y un ejemplo destacado para la arquitectura asturiana".
La torre forma parte del Inventario del Patrimonio arquitectónico de Asturias. En la documentación relativa a esta construcción de Salas se explica que se trata de un "conjunto compuesto por un edificio principal de dos plantas y otras construcciones auxiliares, destinadas a la explotación agropecuaria con construcciones defensivas tardorenacentistas".
Javier Granda no ha encontrado de momento apoyos económicos para hacer una excavación arqueológica. Sí los ha buscado. Se ha dirigido al Principado y también al Ayuntamiento de Salas. De la administración local espera que surja el arreglo de los accesos.
De momento, la finca pasará ser un jardín gracias a sus manos y empeño. Granda está interesado en mantener viva la historia sin renunciar a los retos del presente. Por ello el jardín tendrá huerto ecológico y a una amplia zona de plantas aromáticas. El complejo también abrirá las puertas a propuestas culturales y, especialmente, a los peregrinos. "También planteo la intervención de artistas en el interior de la torre con piezas de arte sonoro, piezas específicas, iluminación o 'videoarte' proyectado sobre los muros de la casa", dice.
Cerca hay un castro, varias casonas y una ermita y de todo ello se dará cuenta en el libro que se publicará próximamente y del que hará referencias virtuales, en distintos idiomas, en la entrada al conjunto gracias a un código QR. La finca también estará abierta para conciertos, presentaciones teatrales y lecturas poéticas con el fin de que Salas "tenga un programa cultural más amplio".
