Las lluecas del "choqueiro" resonaron en la inmensidad de los valles y puertos del Valledor (Allande) para anunciar la llegada de Os Reises, la mazcarada tradicional de invierno que fue recuperada en 2009 por Xosé Ambás y los vecinos de la zona después de décadas en el olvido. Una comparsa que si gusta a los niños, tanto o más a los mayores, como Toño Díaz de Casa Flórez de Fonteta: "Sólo lo hice dos años cuando era joven y siempre me gustó muchísimo, es todo pillería y jugar".

La mazcarada recorrió Villalaín, San Salvador y Fonteta animando cada esquina de la parroquia con sus cánticos de aguinaldo, acompañados con gaita, tambor y acordeón, y más de una travesura. Los personajes de "a basoira" y "ródalo" no pararon de armarla, quitaron gorros y bufandas, tiraron tapines de hierba por doquier y hasta subieron las faldas de algunas señoras. Y, mientras tanto, otros comían nabo fresco que ofrecía con obligación el "maragato". El que no tragaba lo llevaba dentro porque no perdió ocasión de meter trozos por la espalda del público.

"Antes igual se tiraban una semana por todos los pueblos y hasta en la otra parroquia, atravesando el valle, había otras comparsas y a veces hasta se peleaban; luego en Reyes comían todo lo que les daban con las chicas, que eran las que hacían la ropa", comentó Fermina Fernández, de Casa Cachón. Ella no recuerda la tradición, pero se la sabe mejor que nadie por las historias que escuchaba a su madre de pequeña. "Le hubiese gustado mucho verlo otra vez, lo echaba de menos", comentó tras dar de comer y beber a la comparsa en la lareira de su casa.

Para los mayores es un recuerdo de infancia y para los niños de hoy, toda una ilusión. "Me gusta mucho porque tiran cosas; hace dos años me dio un palo y ahora les tiro yo cosas", comentó Pelayo Valledor, de 8 años. Fueron los niños los principales azuzadores de la comparsa, les tocaban la espalda y les tiraban de las caretas pero de vez en cuando huían entre miedo y risa.

También cumplió con el papel "a cardadora", la maragata y las madames que acompañaron al soldado y al valenciano. Sin olvidar "a gocha", uno de los personajes más importantes, pues es el que porta el saco donde recogen comida y bebida en las casas. "Les eché champán", subrayaba Clara Méndez, de Casa Pielga. Pero siempre después de cantar el aguinaldo. Os Reises volvieron un año más a llenar de color y diversión el Valledor.