Tras décadas fuera de la competición oficial, el Rayo Grandalés ha regresado esta temporada al deporte federado. Ya no como equipo de fútbol, como lo fue hasta los años ochenta, sino en la disciplina de fútbol sala. El renacer de la entidad, impulsado por un grupo de jóvenes de Grandas de Salime, busca "dar vida" a la localidad y "hacer piña" entre la juventud, objetivos que están por encima del éxito deportivo, por el momento.
"El Rayo Grandalés, originalmente, era de fútbol, y jugaban en el campo de 'El Couso'. Existió de forma intermitente, la última vez en los años ochenta. Pero en el pueblo siempre hubo un fuerte sentimiento de pertenencia, y quisimos recuperar ese club mítico", cuenta Juan Naveiras, portero y vicepresidente de la agrupación deportiva que lo sustenta.
Naveiras destaca la implicación de los patrocinadores, como la láctea Monteverde, y los comercios y locales del municipio, así como del Ayuntamiento, que hizo obras en el polideportivo para ajustarlo a la normativa. También incide en la importancia que ha tenido la afición, que ha respondido al llamamiento y ha vuelto a enfundarse la camiseta verde, negra y roja que caracteriza al equipo.
Actualmente, el Rayo Grandalés compite en la división más baja del fútbol sala asturiano, marcha en quinta posición y tiene buenas expectativas, con un combinado de gente joven con deportistas más veteranos, todos del entorno. Sin embargo, apunta Naveiras, lo deportivo no es lo más importante: "El objetivo era dar más vida a Grandas, ofrecer una actividad cada quince días, que se coja esa costumbre de ir al poli y animar", asegura.
