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Vivir con 476 euros, una cruz en Ibias

Antonio García, ibiense de 51 años, denuncia las trabas que supone residir en su municipio para volver a encontrar trabajo tras una enfermedad

Entrada al pueblo de Cecos, en Ibias. D. ÁLVAREZ

La aparición de una enfermedad truncó la vida del ibiense Antonio García, de 51 años, que pasó de trabajar, incluso fuera de España, y tener un sueldo que le permitía vivir a verse encerrado entre las cuatro paredes de su casa de Cecos sin perspectivas de futuro y con tan solo 476 euros mensuales.

Es la cantidad que recibe como pensión después de que le declararan el 75 por ciento de discapacidad. Denuncia que no le permite desarrollar una vida normal y ni siquiera asistir a sus consultas médicas en el hospital comarcal de Cangas del Narcea y en el hospital universitario de Oviedo (HUCA).

"El año pasado dejé de ir a 20 consultas médicas por falta de dinero para poder pagar el transporte desde Ibias", asegura García, que lleva cinco años parado. Considera que el Estado le ha dado la espalda y no entiende cómo "a mi alrededor veo que se reparten subvenciones y prejubilaciones; no puede ser que para unos haya tanto y que para otros tan poco", lamenta.

Trabajaba en montajes eléctricos, los últimos años en Inglaterra, cuando le diagnosticaron colitis ulcerosa, una enfermedad intestinal inflamatoria y crónica, además de apnea del sueño, que le causaron problemas psicológicos. Según relata, todo ello hizo que fuese perdiendo la confianza en sí mismo y le obligase a dejar de trabajar.

Ahora le gustaría volver al mercado de trabajo y desempeñar una labor que se adaptase a su situación médica, pero solo ve trabas para alcanzar su objetivo. "A Ibias no llegan cursos de formación de ningún tipo y no hay muchas posibilidades. Me planteé muchas veces ir al Centro, pero con mi paga es imposible poder llegar a una vivienda", relata.

Por ello, quiere hacer ver la discriminación que existe por vivir en las alas de la región: "Está todo concentrado en el centro y en las zonas apartadas no tienes derecho a nada, ni siquiera tenemos buenas comunicaciones ni servicio de transporte público efectivo". En este sentido, también recuerda que no tiene acceso a ninguna asociación que le ayude a lidiar con sus enfermedades, opción que podría encontrar en el centro de la región.

Cree que puede haber más gente que comparta una situación similar a la suya y hace un llamamiento para unirse y hacerse visible porque reconoce que "cuando vives al límite, no tienes opciones" y añade que se debería "dignificar la pobreza". Si no logra ninguna solución, su objetivo será intentar salir de Asturias en busca de oportunidades.

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