Los profesores, trabajadores y los 600 alumnos del Instituto Cangas del Narcea pararon sus quehaceres ayer a mediodía para recordar durante unos minutos a su compañera y profesora Gloria de Cossío, que falleció el sábado.

"Siempre se definía como profesora de Historia y decía que no se imaginaba en otro trabajo, la enseñanza era su vocación y su profesión", recordó la también profesora de Historia, Mercedes Pérez. En su discurso, su compañera de departamento destacó algunas de las características que definían a una persona con una larga trayectoria como docente en el centro cangués. "Era exigente en cuanto a los contenidos, pero a la vez era cercana a los alumnos, a sus problemas y a sus logros", relató. En su faceta más cercana, como amiga, Mercedes Pérez contó como Gloria de Cossío era la encargada de organizar encuentros, cenas o visitas al teatro. Pero no solo eso, "en los momentos difíciles también estaba allí", subrayó Pérez, que en nombre de todo el claustro aseguró que "la echaremos de menos en la biblioteca, en las reuniones, en las clases, pero la encontraremos siempre en nuestro interior, porque su ejemplo de buena persona, firme y valiente, lo llevaremos siempre como parte de nosotros", concluyó.

Sus alumnos también quisieron dedicarle unas palabras. Arán Barrero señaló que Gloria de Cossío "es una de esas profesoras que seguiremos recordando cuando nos hagamos mayores". Destacó de su forma de ser "la pasión que sentía por lo que hacía y su capacidad de infundirla a sus alumnos que no solo aprendimos sino que disfrutamos de las clases". Su compañera Aurelia Gómez, entre lágrimas, la recordó como "una persona paciente, motivadora, altruista y que siempre está ahí cuando más la necesitas".

Cerró el acto un soneto de Garcilaso de la Vega leído por la secretaria del centro Luisa Rodríguez, un minuto de silencio y una gran ovación.