Inquietud y sorpresa son las palabras más empleadas para referirse a las labores que la compañía minera Black Dragon desarrolla en Salave desde esta misma semana. La vuelta a los sondeos para analizar el oro que alberga el subsuelo tapiego ha devuelto a muchos la preocupación, una vez más, por la posible apertura de una explotación minera en el entorno de los lagos de Silva. Mientras, los dirigentes locales mantienen la cautela y recuerdan que, para abrir la mina de oro, Black Dragon debe comenzar los trámites "desde cero", por lo que por el momento se ve "lejana" la posibilidad de la mina aurífera.

En muchas casas y explotaciones ganaderas de Salave aún se deja ver el cartel de "Oro no", que se mantiene desde el último intento de explotar el mineral, echado abajo en 2014 por no cumplir los trámites ambientales. Los vecinos consultados por este diario, que no hay querido manifestarse abiertamente, reconocen que con los sondeos ha vuelto "la preocupación y la inquietud", aunque de momento, no "una gran alarma". Otros, sin embargo, ven con buenos ojos la riqueza que puede crear en la comarca.

La Plataforma Oro No, que agrupa a los contrarios a la mina, ha puesto el asunto de los sondeos en manos de sus letrados. "Se autorizaron en 2013, ya que entonces se suspendieron por un incumplimiento de las condiciones", recuerda la portavoz, Carmen Fernández. La plataforma "se ha postulado siempre en contra de la ética de estas empresas, que provocaron una quiebra social en Tapia a raíz de la explotación de la mina", apunta Fernández. Incide en que "el proyecto no cumplía con la normativa". Ante lo que parece ser un nuevo intento de reactivar el plan, Oro No se encargará de "controlar todos los trámites, y si no son conformes a las exigencias de la normativa ambiental, actuaremos".

En el ámbito político, los dirigentes y representantes de las formaciones locales optan por la prudencia. "Ahora lo que hay es el reinicio de los sondeos que quedaron pendientes, no hay otra cosa", afirma el alcalde, Enrique Fernández, del Partido Popular. Subraya que, ante un posible intento de impulsar la mina, "quien debe gestionar los permisos es la Consejería, y sólo al final el Ayuntamiento, si todo está bien, dar la licencia".

El teniente de alcalde y representante de Foro, Guzmán Fernández, considera que es "muy pronto para realizar valoraciones", ya que por el momento se desconocen las intenciones de la empresa. "Todos dicen que van a explotar, pero eso depende de lo que encuentren y de cómo sea el proyecto", explica. Eso sí, recuerda que, en caso de querer abrir la mina, "debe ser un plan completamente nuevo, que les llevaría cuatro o cinco años". "Es algo lejano, que por el momento no podemos valorar", afirma Fernández. La portavoz del PSOE, Ana Vigón, señala que en su formación "la posición sobre la mina no ha cambiado". En su día se mostró en contra del proyecto.

Los más beligerantes con los sondeos son los representantes de los colectivos ecologistas. "Son sorprendentes. Salave debe ser el proyecto minero más estudiado de toda España, es exagerado", dice Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias. En su opinión, estas labores pueden servir "para crear ciertas expectativas a los inversores de la minera", sin nada que aportar al proyecto. Sobre la posible reactivación del proyecto, Pontigo se muestra "totalmente en contra", asevera, asegurando al tiempo que el colectivo estará "del lado de los vecinos en la oposición a la mina".

Por su parte, Ignacio Martínez, conservacionista y miembro de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, pone la atención en si se están cumpliendo las normas ambientales en los sondeos, al tiempo que critica que las mineras tengan "permisos indefinidos". "Parece fuera de todo sentido", apunta. Sobre la mina, dice que "no es una iniciativa afortunada", y anuncia que lucharán "por el futuro de la rasa costera" y contra la explotación.