A falta de un año para convertirse en milenario, Santiso fue benévolo con la fiesta del barrio cangués que lleva su nombre, en la que se descorcharon los primeros caldos de la temporada. El sol inundó desde primera hora de la mañana las bodegas, haciendo brillar los vasos por los que corrió en abundancia el líquido elemento. Santiso es la fiesta de las bodegas familiares y artesanales, entre las que destacó la de José Vidal, de Tebongo, vencedor de la cata popular. El nivel, dicen los que saben, es cada vez mayor.

Tras Santisón, cuando las bodegas del barrio albergan las cenas entre amigos y familiares regadas con el mejor vino, le tocó el turno a Santiso, un día para acompañar los caldos con productos de la matanza y bollos preñaos. "Barrio de bodegas, lugar de vino, de viticultura heroica y de compartir con la máxima del cachu", refirió Miguel Ángel Pérez, locutor radiofónico, durante el pregón. El cangués, del también barrio bodeguero de Obanca, recordó su infancia ligado al proceso del vino, y defendió la recuperación "con ilusión y empuje" de la tradición vinícola y las bodegas artesanales, cada una de ellas, dijo, "es un museo".

Los 999 años de Santiso fueron aprovechados por el alcalde, José Víctor Rodríguez, para lanzar una apuesta de futuro: "El vino para Cangas es una tradición, pero también es empleo. Y para que más productores se sumen, comenzaremos las negociaciones para instalar aquí un módulo sobre viticultura". Esta misma semana comenzarán las conversaciones, anunció el regidor.

Por segundo año consecutivo, la celebración contó con una cata popular y un concurso para elegir al mejor vino artesanal del concejo, procedente de una de las quinientas bodegas que, se calcula, alberga la geografía canguesa. "El objetivo es premiar a los vinos familiares, que se llevan haciendo desde hace siglos", explicó el presidente de la asociación cultural Santiso y Llamas, Joaquín Fernández, que alabó el esfuerzo "por mejorar año tras año las producciones". De la veintena de vinos que se presentaron, cuatro pasaron a la final, en la que el caldo elaborado por José Vidal fue el más votado.

"Este vino no tiene secretos; se trata de elaborarlo como aprendimos hace muchos años, mejorando alguna cosa. Ahora la gente le dedica más cariño y más tiempo", afirmó el vencedor de la cata, que ha heredado las vides en su pueblo, Tebongo, y la pasión por la elaboración de vino de sus abuelos y de sus padres. "Es poca cosecha, pero seguimos con ella, manteniéndola", declaró.

La jornada incluyó la misa y posterior procesión con Santiso, acompañado por la Virgen de Santa María de la Vid, patrona de la Cofradía del Vino de Cangas. La presencia femenina, tanto en la celebración como en la propia cofradía, fue destacada por Nieves Fernández, que señaló que en este colectivo "las mujeres tienen una participación paritaria, y trabajamos por los mismos objetivos que los hombres".

Entre sorbo de vino y bocado al bollo, fue inevitable pensar en el próximo año, cuando serán mil años de Santiso. "Será una celebración extraordinaria. Ya estamos preparando los actos especiales", anunció Raúl Teimil, cofrade mayor de la Cofradía del Vino de Cangas, que alabó "la calidad excepcional" de los vinos probados ayer.