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Villayón recurre el informe del deslinde con Navia al perder terreno en Panondres

El Instituto Geográfico Nacional da la razón a la parte naviega en el proceso que determina por dónde discurre la frontera entre los concejos

Villayón recurre el informe del deslinde con Navia al perder terreno en Panondres

Las conclusiones presentadas por el Instituto Geográfico Nacional sobre la frontera que divide a los municipios de Navia y Villayón han agradado al primero, al que da la razón en sus peticiones y no tanto al segundo, que presentará alegaciones al documento. Ambos concejos discuten desde hace años el discurrir de la línea que los separa a su paso por la sierra de Panondres, en donde existen diferencias que deberá resolver la administración regional. En concreto, entre los mojones 4 y 5 del deslinde, fijados desde la separación de los concejos.

Villayón defiende la validez de la raya divisoria actual, recogida en un documento del Instituto Geográfico y Catastral de los años cuarenta del pasado siglo. Navia, por su parte, reclama otro deslinde, por el que tomaría parte del terreno que ahora corresponde al municipio vecino. Una comisión formada por vecinos, técnicos y representantes políticos visitó la zona en octubre de 2016 para analizar el terreno, y ahora el Instituto Geográfico Nacional da la razón a las parte naviega.

"Nosotros estamos conformes con las conclusiones que han presentado. Todos los documentos de los que nos dan la razón en esta consideración, incluso los primeros, que datan del año 1889", explica el regidor naviego, Ignacio García Palacios, que destaca que este nuevo estudio "ha sido minucioso, incluyendo mediciones y fotografías".

"Es cierto que el Instituto Geográfico Nacional ha optado por seguir la línea marcada por Navia, pero en su explicación hemos visto bastantes lagunas", apunta, desde el bando de Villayón, su alcaldesa, Estefanía González. Su postura se basa en las actas de deslinde redactadas por el Instituto Geográfico y Catastral en el año 1940 y en el testimonio de los vecinos.

Ante estas conclusiones, con las que Villayón no está de acuerdo, el municipio presentará un acta de disconformidad, un trámite que deberá pasar por el Pleno, y para el que se establece un plazo de tres meses. El no tener en cuenta las curvas de nivel, o que en cada concejo se llame de forma diferente a los mismos puntos geográficos causan estas diferencias, explica González. Villayón no dará su brazo a torcer. "Vamos a pelearlo hasta el final", anuncia la alcaldesa.

La posible modificación del deslinde no cambiaría en ningún caso la titularidad de los terrenos. Afectaría, simplemente, a su pertenencia a uno u otro municipio.

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