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JOSÉ MARÍA CANCIO | Exalcalde de Ibias

"Deberían limpiarnos el puerto del Connio, el 80 por ciento de los vecinos lo usaría"

"Antes pasábamos muchos meses con nieve y el paso estaba limpio; ahora avisan de una nevada y las máquinas no están listas, es increíble"

José María Cancio. D. Á.

José María Cancio (San Antolín de Ibias, 1946) fue alcalde de Ibias durante varios mandatos, entre ellos, el primero de la democracia (1979-1983). Cuando llegó a la alcaldía se encontró con un municipio con muchas necesidades, sobre todo en comunicaciones, aunque reconoce que por suerte ya en muchos puntos del territorio contaban con suministro eléctrico, aunque fuese precario. Esta semana, la nevada que ha afectado a toda la región ha hecho revivir en Ibias esos años de aislamiento. La ausencia de luz durante más de un día y un argayo que impide la comunicación de la zona hacia Cangas del Narcea por la carretera del Pozo de las Mujeres Muertas, AS-29, han mantenido en vilo a los vecinos, sobre todo a principios de la semana.

-¿Cómo están los vecinos de Ibias con los inconvenientes que han surgido esta semana?

-Desde que volvió la luz la gente está más tranquila, lo que más preocupa ahora es que haya una emergencia. Además, llevamos ya cuatro días sin internet y eso es un incordio, porque nos mantiene incomunicados. Porque en Ibias tendremos muchas cosas mal, pero normalmente la luz pocas veces fallaba. De hecho, cuando yo era alcalde en el primer mandato, en las escuelas de los pueblos se tardaba mucho en cubrir la plantilla de maestros, ninguno quería venir. Así que yo iba a Oviedo el día que tenían que pedir escuela y los intentaba convencer de que escogieran el municipio diciéndoles que en todos los pueblos iban a encontrarse con corriente eléctrica, en la que ya podían enchufar un radiador o ver la televisión, algo que en muchos concejos era impensable.

-¿Por qué Ibias ya contaba con luz entonces?

-Fuimos de los primeros en Asturias que terminamos la electrificación rural en todo el municipio, con líneas de alta y baja tensión a la puerta de las casas. Después de la Guerra Civil se hizo una planta eléctrica que dio luz a San Antolín y a los pueblos de alrededor y en 1958 se realizó un plan de electrificación y, aunque no era muy potente, el 98 por ciento de los pueblos tenían electricidad. Cuando llegó la electrificación rural nosotros ya teníamos las líneas instaladas y solo se necesitaba realizar la sustitución, por lo que la instalación fue muy fácil.

-¿Qué supone que esté cerrada la carretera del Pozo de las Mujeres Muertas por el argayo?

- Supone mucho para el municipio. La juventud no conoció prácticamente el Connio, a nosotros no nos asustaba el puerto porque estábamos acostumbrados, lo peor era la nieve en invierno y que solo tiene un carril. Pero en estos momentos, deberían limpiarlo porque el 80 por ciento de los vecinos de Ibias lo usaría. Es la salida más cómoda a Cangas, a falta de la carretera del Pozo, porque está situada en el centro. Se tienen que acordar de que estamos aquí, porque si hay un herido o un enfermo y puede estar en una hora en Cangas, es mejor que la hora y media que tardará por Tormaleo. Antes pasábamos muchos meses con nieve y el Connio estaba limpio, ahora avisan de que va a venir una nevada y las máquinas no están listas. Son cosas increíbles.

-¿Cómo se afrontaban los inviernos antes?

-Antes se cerraba el puerto del Connio, a lo mejor, a mediados de noviembre. La gente que quería viajar iba andando por algún lado o tenía que coger la lancha que había en Marentes y que iba hasta el salto de Salime, de ahí salíamos hacia Grandas de Salime, Boal y por la costa hacia el centro. Por ese sistema, durante años, iba y venía el correo, que también llegaba en caballerías por la carretera del Pozo de las Mujeres Muertas. Pero siendo candidato a la alcaldía en las primeras elecciones de la democracia negocié la llegada de una quitanieves al concejo. Me presentaba por UCD con la condición de que necesitaba la pala quitanieves para el concejo y para que los mineros que iban a trabajar todos los días a las minas de Cangas del Narcea lo hicieran por una carretera limpia. Me arriesgué a negociar que llegara la pala antes de las elecciones; si no, retirábamos la candidatura. Fue una condición irrenunciable, y hasta el último día hábil para presentar la candidatura no nos inscribimos. Ese día había una nevada muy gorda y pasamos todos los que componíamos la lista como pudimos a Cangas y antes de las elecciones la pala estaba en Ibias.

-¿Cómo salían antes de la llegada de la máquina?

-La gente que tenía que salir a trabajar a Cangas tenía que limpiar con una pala de mano la carretera para poder salir y habría más de 100 mineros en el municipio que tenían que salir a diario por el puerto del Connio. Era el momento de defender a esos chicos para que no marchasen del concejo. Luego, en nevadas gordas si me coincidía alguna reunión en Oviedo acudía y siempre se sorprendían de verme allí, y les recordaba que era gracias a la quitanieves.

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