Si hay un público fiel es el que asiste todos los años al Entierro de la Sardina de Luarca, el popular desfile con el que la capital de Valdés despide las fiestas del carnaval. La comitiva fúnebre salió ayer puntual, a las ocho de la tarde, desde la avenida de Galicia. Su meta: recorrer las calles céntricas de la Villa Blanca para llegar a La Llera y allí anunciar con fuego (la quema del muñeco con forma de sardina hecho para la ocasión) que la algarabía llega a su fin.

Paloma y Eva Fernández acuden a la llamada todos los años. ¿El motivo? "Nos gusta el ambiente". La mayor parte de la gente que acompaña a la Sardina viste de negro. Un luto que acompañan con rosquillas y 70 litros de anís. Sara López y Juli Pérez no se pierden esta fiesta. "El resto las vivo de otra forma, como espectadora, pero en esta participo más", confiesa Sara López mientras brinda con un chupito de anís. Su atuendo es negro, lleva sombrero y gafas de sol. Llora, como muchas de las personas que acompañan a la Sardina, por el fin del Carnaval y la llegada de un tiempo menos propicio para la fiesta.

Ayer, el cronista oficial del concejo, Juan Antonio Martínez Losada, fue el encargado de leer el testamento de "doña Sardina pez" para dar por concluido el encuentro. Se trata de un texto redactado para la ocasión que critica la actualidad: Carles Puigdemont es para la Sardina "un rostro poco presentable"; en Asturias "pronto falaremos en asturiano porque parece que va a ser obligatorio" y en Luarca, "hay que pensar en la parada de taxis, que parece la obra de El Escorial". Muchos aplaudieron las palabras.

Atrás queda un carnaval para el recuerdo por la gran cantidad de personas que logró movilizar.