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Secreto de amor en Novellana

Sabino Albuerne y Felicita Gómez celebran casi siete décadas de matrimonio "Nunca les falta un beso", dice su familia

Sabino Albuerne y Felicita Gómez, en Gijón. A. M. SERRANO

El secreto del largo amor de Sabino Albuerne y Felicita Gómez es el respeto y la confianza. Hace ya 67 años que este pareja de Cudillero se conoció en las fiestas patronales de Novellana. No saben si aquello fue un flechazo, pero sí han demostrado que aquel primer encuentro dio para mucho.

Ella es "extrovertida" y él, "serio", cuenta su hijo, Antonio Albuerne. Quizás estas combinación fue en su caso "la perfecta" para que el paso del tiempo y los contratiempos y problemas de una larga vida en común no llevaran al fracaso de la pareja. "Discutieron alguna vez, pero pocas", dice su orgulloso hijo menor.

Sabino Albuerne, nacido en Oviñana en 1926, y Felicita Gómez, de Novellana (1930), vivieron felices en su casa de Novellana. El hombre fue conductor de la conocida empresa Autocares de Luarca Sociedad Anónima. Inauguró la línea que comunicaba Novellana con Gijón. Trabajó toda su vida para esta compañía hasta que llegó la jubilación.

Dice su familia, que al patriarca no le gustan las fiestas. Siempre fue "recio y responsable", celoso su vida, su carrera y su familia. La matriarca, Felicita Gómez, es otro alma "más alegre". Siempre fue amable y si algo no faltó en su casa gracias a su hacer fue la paz. La amabilidad de la mujer y su capacidad para limar asperezas en tiempos duros fueron determinantes, dicen, para que el amor se cuenta por décadas.

Hoy, la pareja vive entre Gijón y Novellana. Después de más de treinta años de trabajo el matrimonio decidió alternar estancias entre el pueblo y la ciudad.

En Novellana pasan los meses más calurosos del año. Gijón lo reservan para los otoños y los inviernos. Tienen dos hijos, María Jesús y Antonio Albuerne, ambos muy conocidos en Novellana; y tres nietos. A la familia pronto se sumará una nueva alegría: un bisnieto que llegará en junio. "Están felices y nosotros también verlos", dice su hijo. El matrimonio celebró sus 67 años de enlace con un encuentro familiar. Posaron para las fotos y pidieron salud para el futuro. El amor ya se ocupan de alimentarlo cada día. "Nunca falta un beso", confiesa su hijo.

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