"Para conseguir logros en la vida no hace falta meter ruido". Era la frase que guiaba la vida personal, profesional y política de Ramón Rodríguez. Tanto era así que la humildad, la sencillez y la discreción eran señas de identidad de la persona que, durante 36 años, ocupó la Alcaldía de Villayón, hasta su fallecimiento, hace ahora dos años. Vecinos y amigos, familiares y compañeros de su formación, el Partido Popular, brindaron ayer un sentido homenaje a su figura. "Tu espíritu sigue latente entre nosotros por siempre", afirmaron.

El salón de actos del colegio se quedó pequeño para albergar a todos aquellos que quisieron recordar a Rodríguez, que sufrió una repentina enfermedad en marzo de 2016. Su carrera política había comenzado en el mes de abril de 1979, como concejal en una de las primeras corporaciones de la democracia. Poco después, en el mes de octubre de 1980, llegó al puesto de regidor, que mantendría ininterrumpidamente hasta el último día. En las últimas elecciones, en 2015, logró para su partido la mayoría absoluta, con una aplastante diferencia de votos con respecto a los partidos de la oposición. Aquella fue una de sus últimas alegrías.

"Era una persona reflexiva y con templanza; era del PP, pero moderado. La lealtad y la fidelidad eran las virtudes que más apreciaba", recordó su sucesora en el cargo, Estefanía González, que como empleada municipal ya había compartido años de trabajo con Rodríguez. En el plano político, la Alcaldesa subrayó la capacidad de su predecesor para lograr avances para el municipio y para sus vecinos sin necesidad de "hipotecar" al Consistorio. "Tenía constancia y sabía esperar, lo que fue clave para lograr el apoyo de varias administraciones para conseguir equipamientos como las viviendas sociales, el complejo deportivo y el centro de salud", subrayó González, quien recordó, igualmente, su lucha por preservar la vega de Arbón. En el ámbito personal, quiso mencionar el carácter "detallista y generoso" de Ramón, una persona "tranquila, optimista, pero con las ideas claras".

De igual manera se expresó la presidenta del PP de Asturias, Mercedes Fernández: "Nos llenaba a todos de ese sosiego, de ese carácter reflexivo, en los momentos más difíciles. Para todo el mundo tenía una respuesta, y a todos les dedicaba tiempo. Era un alcalde admirable, pero una mejor persona". Mari Paz García, trabajadora municipal durante los 36 años de mandato de Rodríguez, apuntó que, aunque al principio parecía "serio", era "cercano y cariñoso".

La intervención más emotiva fue la de Mónica Rodríguez, sobrina del homenajeado. "Su mayor éxito fue lograr el apoyo, el afecto y el reconocimiento de todos sus vecinos. Era un faro para toda su familia, por la que sentía gran amor", apuntó.

El Ayuntamiento entregó un retrato y un álbum con fotos de Rodríguez a su familia, y todo el auditorio brindó un sonoro aplauso, símbolo del aprecio de un pueblo para con su alcalde.