El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, presidió ayer el entierro del párroco de Vegadeo, José Luis Varela, que falleció el domingo tras varias semanas ingresado en el hospital Monte Naranco de Oviedo, y le describió como un "cura familiar y amigo", un hombre "tranquilo que hacía alarde de bondad". La estima que los feligreses sentían por el párroco, natural de Chantada (Lugo), quedó patente durante su funeral, ya que la iglesia, pese a ser la misa en horario laborable, estaba completamente abarrotada.

Sanz se refirió al fallecido como un buen hombre, que se caracterizaba por "ese modo no nervioso de hacer las cosas", siempre "sin prisa, en su hablar y en sus andares". Como anécdota se refirió a su última visita a la capital veigueña, con motivo de las fiestas patronales de La Asunción: "Hace dos años consiguió traerme, como él decía con su acostumbrado gracejo, con esa sorna gallega tan llena de simpatía".

El Arzobispo, que estuvo arropado por un buen número de sacerdotes de diferentes puntos de la región, desveló además que durante su ingreso hospitalario visitó a Varela en tres ocasiones: "Me decía que tenía la casa sacerdotal esperándole, pero que tenía la impresión de que no llegaría a ello, pero lo decía con paz". En su último encuentro, que se extendió durante más de una hora, hablaron "del cielo y de la tierra, de su gente y de éste que fue su pueblo" y, añadió Sanz, "pudimos despedirnos en ese silencio tan elocuente, porque sabíamos que era el último encuentro".

Durante el ofertorio, la exalcaldesa veigueña y soprano Begoña Calleja le homenajeó cantándole el "Ave María" de Schubert. "Le gustaba mucho. Cuando cantaba el coro siempre nos decía que las canciones nuevas estaban muy bien, pero que a él lo que le gustaba era el 'Ave María'", precisa, al tiempo que destaca el "carácter afable" que granjeó al sacerdote el cariño de sus vecinos.

Varela llegó a Vegadeo en 1994, aunque no tomó posesión oficial del cargo hasta el 9 de julio de 1995, cuando se convirtió en el undécimo sacerdote de la parroquia de Vegadeo. Así consta en el pequeño libro "Novena a Nuestra Señora de la Asunción", obra del también fallecido Silverio Cerra y prologado por Varela. Además de párroco de Vegadeo, también lo era de las parroquias veigueñas de Seares y Santiago de Abres. En la capital veigueña formaba parte de la Hermandad de Nuestra Señora de la Asunción, ocupando el cargo de consiliario.

El fallecido estuvo al frente de sus parroquias hasta el pasado 28 de enero, cuando su estado de salud empeoró y fue obligado el ingreso hospitalario que finalmente no logró superar.