La veigueña Maruja Martínez, de 84 años y usuaria del centro de día de la localidad, se plantó ayer frente al micrófono en la cuarta "Marcha por la igualdad" para pedir cambios sociales. "Existe mucha intolerancia y nosotros, por ser mayores, también lo hemos sufrido. Por eso creemos que debe haber un cambio para lograr un mundo más tolerante. Algún día lo conseguiremos", reclamó.

Personas de todas las edades y condiciones se juntaron ayer en esta particular iniciativa que promueve el instituto veigueño Elisa y Luis Villamil y que, en palabras del director del centro, Javier Santos, busca defender la diversidad como un factor de enriquecimiento social.

En la caminata, que se desarrolló por todo el centro de la capital veigueña con final en la plaza del Ayuntamiento, participaron alumnos del instituto, del colegio Jovellanos, del colegio tapiego Edes y usuarios del Centro de Apoyo a la Integración (CAI) de Villamil. Este año el colegio rural agrupado Occidente se sumó a la iniciativa realizando una caminata en Taramundi a la misma hora. Santos espera que el año que viene otros centros puedan seguir el modelo de los taramundeses y sumarse así a esta reivindicación.

"Lo que se pretende es remover conciencias", apuntó la concejala de Cultura de Vegadeo, Arancha González, durante su intervención, al tiempo que pidió a los jóvenes que contribuyan a cambiar las cosas con sus pequeños gestos. "Ojalá se gane la partida y se consiga la deseada igualdad social y el respeto a la diversidad", añadió.

La tapiega Eva Martínez puso voz a las personas con discapacidad y solicitó más respeto para sus derechos: "Hemos conseguido avanzar, pero seguimos en situaciones donde mucha gente no respeta nuestros derechos". También intervino la responsable de la Oficina de Coordinación Cultural y Lingüística de Oscos-Eo, Andrea González, para pedir el fin de la discriminación por el idioma o la ruralidad: "Nuestra cultura y nuestra lengua nos hacen especiales y diferentes", reivindicó.