Miguel Falomir no se mordió la lengua en Vegadeo y, por eso, no dudó a la hora de cuestionar la aportación que el gobierno español realiza a una institución que recibe anualmente tres millones de visitantes: "El Estado no es todo lo generoso con El Prado como debería ser. Nos autofinanciamos en un 70% y lo que nos da el Estado son 14 millones de euros, lo que supone el salario de jugadores medios del Madrid o el Barcelona. No salimos muy onerosos para todo lo que damos".

En este sentido, aseguró que lo peor de su primer año de mandato es "que la inmensa mayoría de mi jornada laboral consiste en ir llamando a puertas para que nos den dinero para hacer más actividades". Lo mejor, añadió, es "tener el privilegio de dirigir la que seguramente sea la institución cultural española más importante".

Frente a la escasa aportación del gobierno, Falomir destacó la "generosidad" de los particulares que hacen donaciones "de manera constante" al centro. Unos fondos con los que el museo puede seguir adquiriendo obras, aunque solo en territorio nacional.

Preguntado por la tesis del profesor José María Juarranz en la que se cuestiona que el Guernica tenga relación con el bombardeo que sufrió la ciudad vasca durante la Guerra Civil, Falomir dijo no conocer el asunto en profundidad aunque indicó que en este tipo de obras "es difícil buscar una sola explicación". El Guernica volvió a salir a colación en la ponencia posterior cuando Falomir señaló su regreso a España como símbolo de la democracia: "Probablemente ha sido la última gran obra de arte capaz de conmover a la sociedad".