Al ritmo de las sevillanas ejercitaron esta semana la memoria los mayores de Tineo. Mover un abanico, hacer un zapateado o recrear un gesto tan típico del baile tradicional andaluz como es el de agarrarse por la cintura en pareja y levantar uno de los brazos fueron los principales ejercicios que los asistentes al taller tuvieron que realizar siguiendo las instrucciones de la responsable de la Escuela de Salud de Tineo, Marta de la Fuente.

Los claveles rojos y las mantillas fueron el sello distintivo del primer encuentro de los talleres de memoria de Tineo dedicado a la Feria de Abril, en el que además de practicar ejercicios de memoria se buscaba romper con la rutina de los participantes y conseguir arrancarles unas buenas carcajadas. Estas llegaron cuando tocó bailar por libre una sevillana, donde triunfó la imaginación de cada uno. Con los acordes del primer pasodoble la cosa cambió; en este estilo el que más o el que menos sabía defenderse y pronto se formaron las parejas.

"No damos pie con bola con las sevillanas, pero lo importante es moverse y pasarlo bien, esto tendría que ser al menos una vez cada quince días", señala Marinita Peláez. Algo en lo que coinciden sus compañeros, sobre todo los que viven en los pueblos. "No hay nada que hacer si no son talleres como este, así que nos apuntamos siempre y sirve para relacionarnos con la gente y divertirnos", subrayan Ángel Bueno y Pilar Gómez, de Santa Eulalia de Miño. La temática andaluza para el encuentro fue todo un acierto. Como Marisol Amigo, algunos tenían lazos familiares con la comunidad autónoma del sur y confesaban que el ambiente andaluz creado les motivaba de forma importante.

De hecho, no solo bailaron, sino que compartieron una comida típica de Andalucía en el Palacio de Merás.

En total fueron un centenar de personas de los talleres que se imparten en diferentes pueblos del concejo y la villa los que compartieron el encuentro con el objetivo de ejercitar la memoria, pero también de combatir la soledad de las zonas rurales.