El Principado decretó ayer el cierre cautelar de la ría del Eo para la extracción de moluscos bivalvos al detectarse niveles de toxicidad más altos de lo habitual, a consecuencia de un fenómeno conocido como marea roja. Los análisis efectuados en Asturias no llegaron a dar positivo para biotoxina, pero se optó por decretar un cierre preventivo a la espera de los resultados del segundo muestreo.

Estos episodios naturales se producen de manera esporádica; de hecho, el último en el Eo fue en abril de 2016. El problema en esta ocasión es la proximidad del quinto Festival de la ostra del Eo, que Castropol está organizando para el puente del 1 de mayo. En todo caso, los ostricultores están tranquilos y confían en que la cita gastronómica pueda desarrollarse con normalidad.

"Suelen ser episodios escasos y breves. Incluso a veces da positivo el mejillón, que es el más sensible, y para la ostra sale negativo, como confiamos que ocurra en esta ocasión", explica el biólogo de Acueo, Eduardo Martín. Los análisis se realizan en el mejillón porque es el primero que indica la presencia de toxinas, al comer más microalgas. El segundo análisis en marcha ya se ha hecho con la ostra.

Las mareas rojas, que se llaman así por el color de las microalgas que las provocan, son fenómenos totalmente naturales que se producen en primavera o en otoño. Las toxinas de estas microalgas afectan a los humanos que consumen los bivalvos, pero no a los propios moluscos. "A la ostra no le pasa nada porque metaboliza la toxina y al final desaparece, por eso, una vez que desaparece la concentración de microalgas en la ría desaparece el problema", explica Eduardo Martín.

En todo caso, el cierre de la ría ha afectado a los ostricultores, que hoy se han visto obligados a anular todos los pedidos previstos. "Para nosotros es una faena grande porque el jueves es cuando sacamos más envíos", apunta Nuria Núñez, de Acueo. En todo caso, considera que esta situación debe servir para dar tranquilidad al consumidor y saber "que los controles funcionan".