Riesgo grave de deterioro, carencia de informes firmados por expertos y falta de seguridad en la ejecución de los trabajos. Son los aspectos del proyecto de consolidación del castro del Chao Samartín en los que Izquierda Unida pone el acento, reclamando al Principado más controles y medidas "para que la intervención se realice con todas las garantías". La coalición lamenta que se quiera convertir este bien de interés cultural (BIC) en un "parque temático para los turistas" y pide que se fomente su aspecto científico y divulgativo. "Creemos que debe darse un uso investigador, y conservarlo para los que vengan detrás", afirman.

El Principado ha subrayado desde un primer momento que el proyecto ofrece plenas garantías y que es un documento abierto a cambios. Sin embargo, la Junta General del Principado, en una reciente votación, aprobó frenar las obras hasta que se consulte a expertos.

El coordinador general de IU de Asturias, Ramón Argüelles, junto a la diputada en el parlamento autonómico Concha Masa y al secretario de acción política, Juan Ponte, visitó ayer las instalaciones del Chao Samartín en Grandas de Salime, donde está proyectado llevar a cabo una actuación de consolidación de las ruinas que supondrá invertir en el yacimiento unos 740.000 euros. La administración estatal, a través del Ministerio de Fomento, el Principado y el propio Ayuntamiento de Cangas están detrás de estas obras, que, señalan, son "urgentes" por el estado en el que está el castro.

Izquierda Unida ya ha presentado varias iniciativas para instar al Principado a que se tomen las precauciones pertinentes para que el yacimiento no resulte dañado. "Según las opiniones de importantes expertos, el Chao se encuentra en riesgo de deterioro muy grave por culpa de las intervenciones previstas. Faltan informes de arqueólogos, y no se cumplen las normas internacionales que se requieren", denuncia Concha Masa. Además, la diputada explica que todo el proceso por el que se aprobó esta intervención en el Consejo de Patrimonio incluyó "bastantes irregularidades": "Se presentó prácticamente sin tiempo para su estudio, sin informes adicionales y de una forma muy precipitada". Ramón Argüelles apunta que "los políticos tenemos que dar la palabra a los técnicos, que son los que más saben".