El Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) acaba de editar "Entrambasauguas. La marina occidental asturiana en la plena Edad Media", un trabajo del tapiego Jesús Fernández (Salave, 1961), que fue galardonado en 2014 con el XXXIV Premio "Juan Uría Ríu". El libro se centra en la zona comprendida entre Coaña y Vegadeo, y arroja luz sobre un período histórico "del que no había nada escrito de manera específica" y que fue clave en la configuración y organización del territorio actual.
Para Fernández, licenciado en Ciencias de la Educación y en Geografía e Historia, doctor en Historia y profesor en el instituto Alfonso II y en la Facultad de Formación del Profesorado, es importante que en la edición del trabajo se hayan implicado los cinco ayuntamientos costeros (Coaña, El Franco, Tapia, Castropol y Vegadeo) sobre los que centró su investigación. El trabajo, prologado por el también doctor en Historia, José Antonio Álvarez Castrillón, plantea, a través de sus 750 páginas, un estudio global de una extensa época que parte de la romanización y se adentra en la Edad Moderna, tomando como eje central los siglos plenomedievales.
Asegura Fernández que este trabajo podría servir como punto de partida para investigaciones futuras, pues la Edad Media es un período poco abordado por los investigadores: "Es un estudio global que da pie a trabajos más específicos. Sobre la Edad Media hay pocos estudios y los que hay son de ámbito monástico, pero hay muchos aspectos interesantes para investigar en esta comarca".
La labor investigadora de la tesis se prolongó durante una década, no siempre con la misma intensidad y dedicación, y en su transcurso el tapiego se dedicó a indagar en las más variadas fuentes. Un papel destacado tuvieron las eclesiásticas, pues la iglesia de Oviedo "dispone de mucha información de la comarca en la Edad Media y también los monasterios de Corias y Villanueva de Oscos". No en vano, "la mayoría de la propiedad de la tierra entonces estaba en manos de la Iglesia", precisa Fernández, quien añade que en 1154, el rey Alfonso VII le concedió, además, al Episcopado de Oviedo la jurisdicción del territorio de Entrambasauguas.
Los archivos de la nobleza, el archivo de Vegadeo, donde halló los primeros padrones de población, que datan del siglo XVI, así como la arqueología y la toponimia de la comarca aportaron al investigador otras pistas claves para dar forma a su trabajo. "La toponimia local es fundamental para entender el espacio", apunta el profesor, que da, además, una importancia significativa a las fuentes orales. "Los abuelos son la memoria histórica de sus abuelos. Sorprende cómo hablando con personas de más de 90 años recabas mucha información antigua. Hay que pensar que nosotros estamos acostumbrados a los cambios, pero, antes, la historia transcurría lenta y probablemente no había mucha diferencia de las aldeas medievales a las del siglo XIX", añade el investigador.
La organización del territorio actual, defiende Fernández, se fundamenta en la Edad Media o incluso antes. "Nuestros pueblos están divididos en barrios, son aldeas polinucleares, y eso hace referencia a la organización de la propiedad en los siglos altomedievales", indica. En este sentido, explica que el aumento de la población experimentado a partir del siglo XI provocó la creación de asentamientos hacia el interior de la comarca. Las familias eran extensas, lo que tuvo como consecuencia la sobresaturación de los pueblos y, de ahí, que los hijos decidieran independizarse y formar sus propios poblados en espacios de monte.
En este largo proceso de investigación, Fernández halló hechos que llamaron su atención como, por ejemplo, la existencia de esclavitud en el siglo XI. El trabajo también le permitió descubrir la fecha fundacional de pueblos que hoy tienen mucha importancia como Figueras, Castropol y Tapia. En definitiva, "Entrambasauguas. La marina occidental asturiana en la plena Edad Media", permite un viaje al pasado comarcal y resolver infinidad de dudas sobre la gestión y organización del territorio actual.
