No todo lo que trae consigo el envejecimiento de la población es negativo. Este proceso que vive la comarca puede ser generador de oportunidades. Así lo consideran la nutricionista Silvia Fana y los trabajadores sociales Lorena Pereiras y Marcos García, tres profesionales de la atención geriátrica que han diseñado una residencia intergeneracional para la villa de Navia. Creen que existe "una gran demanda" de este tipo de servicios, y están dispuestos a llevar su plan a cabo si encuentran la financiación que precisan: "Es una oportunidad de oro para la zona", aseguran.
Los tres son estudiantes de un máster en dirección y gestión de centros geriátricos, de Galeno Consulting. El trabajo fin de máster, que defenderán este mes de junio, es el proyecto para construir un centro intergeneracional en Navia. "Nos hemos tomado el trabajo muy en serio, y tenemos un proyecto que creemos que puede ser interesante; entendemos que sería rentable", dicen los creadores.
El plan incluye la creación de una residencia para mayores con 54 plazas, permanentes y temporales, sumando dos para cuidados paliativos, un tipo del que no hay en la comarca. El centro también contaría con una ludoteca, para atender a la infancia y poder de esta manera realizar actividades conjuntas entre los dos sectores de edad. Han ubicado el proyecto en las instalaciones del antiguo instituto Manuel Suárez, para lo que ya han entablado contactos con representantes de la fundación que gestiona el recinto, ahora sin uso. "Les ha gustado nuestra idea", aseguran.
"A través de nuestro estudio, hemos visto que existe una gran demanda de este tipo de servicios en la zona de Navia. Hay un alto número de demandantes, mucha gente está en listas de espera en las residencias de la comarca y las plazas actuales son muy escasas", explica Lorena Pereiras, que puntualiza que su proyecto contempla "una residencia diferente, centrada en las necesidades del individuo". "Es algo que ahora no tenemos, uniendo a personas de diferentes generaciones y participando en actividades con escuelas del entorno", añade Silvia Fana.
La financiación es el principal escollo para convertir el proyecto en una realidad. "Como mínimo, hemos calculado 1,2 millones de euros. El edificio está en buenas condiciones, pero hay que habilitar los diferentes espacios", afirma Marcos García. Los impulsores están dispuestos a ceder el proyecto a cambio de puestos de trabajo en el futuro centro. "Lucharemos por verlo en marcha", anuncian.
Además, han pensado en entablar acuerdos con las grandes empresas del entorno, "así sus trabajadores tendrán beneficios a la hora de tener una plaza en nuestro centro", señalan.
