La Dirección General de Pesca decretó ayer la reapertura de la ría del Eo para la extracción de ostra, tras más de un mes de cierre a consecuencia de una marea roja que ha afectado a todo el Cantábrico. Los dos negativos consecutivos en biotoxinas obtenidos en este molusco han permitido autorizar su comercialización, no así la del mejillón, cuya extracción seguirá prohibida unos días más en función de la evolución de la toxicidad.

Los ostricultores recibieron con satisfacción la noticia de la reapertura, comunicada a primera hora por la bióloga Carmen Rodríguez, responsable del Centro de Experimentación Pesquera de Castropol. "Se abre la ría solo para ostra. Hoy (por ayer) se hacen nuevos controles y el jueves sabremos cómo evoluciona la toxicidad", explicó. Esta evolución determinará si se puede autorizar la extracción de mejillón, aunque su comercialización es escasa en el Eo, ya que solo se extrae el producto que crece en los parques de cultivo de ostra.

Las dos empresas del Eo dedicadas a la ostricultura, Acueo y Ostrastur, sacaron ayer sendas partidas de la ría con el objetivo de que el jueves el molusco pueda llegar al consumidor. Cabe precisar que la normativa obliga a que la ostra pase un mínimo de 48 horas en depuración antes de llegar al consumidor, de ahí que su comercialización no pueda ser inmediata.

"Estamos muy contentos", señala Nuria Núñez, de Acueo. Esta firma metió ayer en la depuradora de Castropol en torno a 3.500 unidades de ostra. "Nosotros siempre las tenemos en depuración 72 horas, así que el jueves envasaremos y enviaremos los pedidos", precisa Núñez. Por su parte, Ostrastur tenía previsto sacar ayer 350 kilos de molusco y, aunque la mayoría lo envía a depurar a O Grove, dejarán parte en Castropol. "Si no hay contratiempo el jueves estarán listas", precisa María Antonia Fernández, también muy contenta por poder retomar la extracción.

Producto agotado

La marea roja se detectó el pasado 19 de abril, justo antes de la celebración del festival de la ostra de Castropol. La cita pudo celebrarse porque la remesa de producto extraída para la fiesta ya estaba en la depuradora antes de que se elevara la toxicidad de la ría y los dos análisis efectuados sobre el molusco estabulado indicaron la ausencia de biotoxina. Con las ostras sobrantes de la fiesta las dos empresas pudieron seguir atendiendo pedidos hasta hace dos semanas. En este periodo de parón han aprovechado para realizar trabajos de mantenimiento y puesta a punto de sus parques.

Núñez reconoce que la marea roja es un trastorno por no poder atender con normalidad a los clientes habituales, pero considera que se ha puesto de relieve la seguridad del producto: "Estamos tranquilos porque los controles funcionan y no son débiles, no les tiembla el pulso a la hora de cerrar la ría". Por su parte, el biólogo de Acueo, Eduardo Martín, espera que tarden en repetirse episodios de este tipo. "Es el más fuerte que he vivido desde que estoy aquí ", apunta, mientras trabaja con Manuel Fernández en la extracción de los sacos del preciado bivalvo. "La ostra en este momento está muy bien porque hay mucha comida en la ría", precisa al respecto del estado del producto.