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Mayores entre letras en Luarca

El asilo monta una biblioteca para sus usuarios con más de mil volúmenes donados: "Leer es muy entretenido"

La escritora María Teresa Álvarez (sentada), durante un encuentro con lectores organizado por la dirección de la residencia.

Es mediodía y luce sol, pero Margot Cotarelo retrasa el paseo que suele hacer a diario por la zona verde de la residencia de la Asociación Benéfica Hospital Asilo de Luarca. "Me siento bien leyendo; siempre aprendo algo y siempre disfruto", dice. La mujer es de una de las lectoras que ha ganado la residencia gracias a un proyecto que trata de hacer de este centro luarqués dedicado a los mayores "un hogar como tantos".

La dirección ha apostado fuerte por políticas alternativas, centradas en las necesidades de las personas "que hacen vida normal en una casa normal", como relata su directora, Sandra Cuesta. Uno de los proyectos más exitosos de los últimos años ha sido la creación de una biblioteca.

La idea surgió en 2009. Lo que empezó siendo una donación de libros apilada en el gimnasio acabó en una biblioteca en toda regla con varias estanterías de libros dispuestas en las distintas estancias de esta residencia de la que hacen uso 150 usuarios. "Queremos que cada uno coja un libro cuando le apetezca y por eso no es una biblioteca clásica que funciona con préstamo", señalan la directora asistencial Cristina Aguirre y la terapeuta Goreti Fernández.

La usuaria Luz Martínez que ha encontrado en la lectura un refugio. "Si me pierdo, que me busquen cerca de las estanterías de lo libros", dice risueña. Para Pedro Valtierra, otro usuario "leer es muy entretenido, te pasa el tiempo muy rápido". En este camino por hacer una biblioteca muy accesible se encontraron con dos voluntarias, Margarita Fernández e Irene Cocina, "que todavía están catalogando libros." De este modo, todos los volúmenes están ordenados en función de su temática. Y es que el servicio ha calado hondo entre los usuarios, sus familiares y los trabajadores y ya hay gustos definidos. El lector de la residencia prefiere novelas de amor o del Oeste, y enciclopedias.

Ayer, toda la comunidad tuvo una visita: la escritora candasina María Teresa Álvarez firmó sus obras y contó su experiencia como lectora. Ella es desde entonces la madrina de esa biblioteca tan especial.

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