Guillermo Rico, antiguo profesor del colegio Aurelio Menéndez de San Antolín de Ibias, volvió ayer al centro para presentar a quienes fueran sus alumnos su libro "Todas estas lágrimas", pero sobre todo, para contagiarles las ganas de escribir y de leer.

El profesor, que ahora está destinado en un colegio de Llanes, animó a los alumnos a escribir todo aquello que les preocupe o sus secretos para poder sentirse liberados. Eso, asegura, es lo que le llevó a escribir su novela. "Tenía un sentimiento que no podía contar y empecé a escribir la historia en la que mezclé la realidad y la ficción", explicó. Una trama en la que el protagonista pierde a alguien al que se dedica a buscar sin saber si realmente existe. "Es una metáfora del amor, una excusa para contar lo que siento disfrazado de una historia irreal", matizó.

La obra está abierta a diferentes interpretaciones, algo que Rico buscaba deliberadamente, para que el propio lector le de una vida propia a la historia y se la llevase a su terreno.

Además, Guillermo Rico aconsejó a los estudiantes llevar siempre encima una libreta o un papel y un lápiz para poder anotar todas las ideas que se les ocurran, con el objetivo de evitar que se les olviden. Algo que él mismo llevó a cabo durante la escritura de su novela, que se desarrolló durante su estancia en Ibias.

Además, el libro inicia cada capítulo con unas ilustraciones creadas por David Emilio Santiago, también docente.