El Alcalde de Tapia, Enrique Fernández (PP), ha decidido dejar la política activa, tras participar en nueve de los diez mandatos municipales del periodo democrático. Considera que se ha perdido parte de la ilusión de la primera etapa, pero dice marcharse con la conciencia muy tranquila.
- ¿En qué ha cambiado la política desde su primera experiencia en 1983?
-Al principio, en la gente que estaba en política imperaba un mejor criterio, un mayor sentido de participación y de trabajar por el bien común. Es verdad que hoy en día hay gente que lo conserva, pero por el medio hay trepas y eso para mí no vale. También entonces estaba todo por hacer.
- ¿Por qué entró en política?
-No quería. El exalcalde Paco Quintana y algunos vecinos vinieron varias veces a verme. No me iba eso, me gustaba ayudar, pero el resto no me atraía nada. Quintana había sido mi profesor y al final me convencieron y no sé si fue mi perdición... Al principio vas por acompañar y luego también intentas conseguir cosas para el pueblo y así lo hice.
- Estuvo con Quintana y en todos los gobiernos de Gervasio Acevedo. ¿En qué gobierno se sintió más cómodo?
-Con Quintana tuvimos una gran candidatura hasta que se puso malo. Creo que fue de lo mejor como Alcalde y extraordinario como persona.
- No habla igual de su época con Gervasio, pese a acompañarle durante sus cinco mandatos consecutivos...
-No fue mal Alcalde, pero al final lo fastidió todo y, por tanto, no quiero hacer más comentarios.
- En esa época se avanzó en materia de infraestructuras, pero también se alcanzó una elevada deuda.
-Hicimos muchas cosas, pero es verdad que nos enredamos bastante en la deuda. Las infraestructuras que hicimos eran necesarias, pero cuando logramos ejecutarlas, la programación que teníamos para pagarlas no salió y ahora estamos pagando esos desmanes.
- Uno de los equipamientos que más aumentó la deuda (rondó los seis millones) fue la casa de cultura.
-Teníamos una subvención de 800.000 euros y nos metimos en una obra de más de tres millones. Yo no la hubiera hecho así. Por contra, el centro de día, costó muy poco.
- ¿Por qué no se puso freno a la deuda antes de alcanzar una cifra tan elevada?
-Es una bola que va aumentando y la verdad es que no me gustaba nada esa situación, pero tampoco sabíamos como salir. Aquí se le debía mucho dinero a la gente y te ves jodido porque no podías pagar. Por eso creo que la decisión de Montoro de limitar el gasto fue tan buena, se fueron saneando las arcas municipales y logramos pagar a los proveedores.
- ¿En qué medida se siente responsable de la deuda?
-Responsabilidad por estar en el gobierno, pero no me siento responsable porque a mí me gusta programar bien las cosas. Creo que la deuda no se puede escapar de las manos y es lo que estamos haciendo ahora. Locuras las mínimas y sobre todo cuando juegas con dinero que no es tuyo.
- ¿De qué obra se siente más orgulloso?
-Teníamos mucha falta del arreglo del Ayuntamiento, pero también fueron importantes el centro de día y el polideportivo.
- ¿La espinita pendiente?
-Una era el saneamiento de la costa que finalmente ha entrado en los presupuestos de este año. También me quedaron en el tintero el centro de salud y obras más pequeñas como el argayo de El Cuitelo. Sí que logré el arreglo del de Represas.
- Acaba de conocerse la sentencia del Caso Gürtel donde se condena a título lucrativo al PP ¿Qué le parece?
-No me hace ninguna gracia la sentencia. No es bueno para el partido y creo que la gente que ocupó cargos importantes durante muchos años debe renovarse.
- ¿Usted se va con la conciencia tranquila?
-Que me registren. Al contrario, creo que el Ayuntamiento, al que dediqué mucho tiempo, me costó dinero.
- ¿Cuál diría que ha sido su mayor error en política?
-Estar tanto tiempo metido en esto. Son cosas que te absorben, condicionan y al final te metes en compromisos. La verdad es que la gente me trató muy bien y no tuve problema con nadie, ni con los compañeros, ni con la oposición. Siempre me han respetado y por eso les doy las gracias y les pido perdón por mis errores.
- ¿Qué recomienda a su sucesor?
-Que sea serio en los planteamientos. Serio, responsable y de palabra. A los vecinos les gusta que cuando les dices una cosa, a la mayor brevedad, la cumplas y eso lo aprecian. Hay que escuchar y ser callado porque esto a veces es como un confesionario de un cura.
