La luarquesa Sandra Cuesta es la nueva directora de la asociación benéfica hospital asilo de Luarca, una institución sin ánimo de lucro dedicada a la atención integral de personas mayores y dependientes. Tiene 42 años y es licenciada en Económicas y diplomada en Ciencias Empresariales.

- ¿Qué desconocemos de los últimos años de vida?

-Tenemos mucho que avanzar. El avance tecnológico no ofrece cabida a nuestros mayores y todavía continúan existiendo muchas barreras arquitectónicas. En cuanto a los cuidados, actualmente estamos ante tal diversidad de patologías que se requiere de la constante puesta al día de los profesionales. Hay gente que todavía piensa que cualquiera puede atender determinadas patologías sin tener formación al respecto. En términos éticos, hay que entender que hemos de respetar las decisiones de las personas mayores. En muchas de las ocasiones estamos decidiendo por ellos y no elegimos lo que ellos querrían. Eso no es adecuado.

- Un estudio reciente revela que la gente prefiere envejecer en sus casas.

-Seamos realistas, a casi todos nos gustaría quedarnos en nuestras casas y también seguir con nuestra familia para siempre, pero también sabemos que a lo largo de la vida hemos de ir adaptándonos a lo que nos depara el destino. Lo que pasa es que todavía no conseguimos "dar el salto mental" y, además, vivimos en una sociedad que avanza a velocidad de vértigo. Probablemente la generación de madres y padres que han necesitado llevar a sus niños, ya desde bien pequeñitos, a una guardería vea con otros ojos que cuando no les puedan atender en casa será necesario ponerlos en manos de profesionales y en centros especializados en sus cuidados.

- ¿Cómo puede la sociedad cuidar de sus mayores?

-Dedicándoles tiempo, visitándoles en la residencia, erradicando esa idea de que 'no voy por allí porque me da tanta pena'. Alguien me dijo algún día: "la pena no es terapéutica", y es una buena afirmación. Con la pena no estamos haciendo nada por ellos. Yo diría a las personas que se animen, que vengan a conocernos. Probablemente este lugar les enganchará y les pase como a mí, que decidí visitar un día este lugar, hace ya doce años, y desde entonces me apasiona cada día más. Todos podemos hacer más de aquello de lo que nos creemos capaces, sólo hay que ponerle ganas y enfrentarse a tantos y tantos prejuicios que en la mayoría de las ocasiones nos impiden hacer lo que realmente deseamos.

- ¿Qué políticas hay que cambiar en materia de tercera edad y qué otras hay que mantener?

-Yo destacaría la aparición de la Ley de Dependencia porque ha permitido evolucionar en la atención a los mayores. Es cierto que la demora en su resolución es un handicap, ya que en muchas ocasiones la ayuda no llega al usuario que, sin embargo, sí había generado el derecho. Es necesario también que se potencien políticas que permitan la conciliación de la vida laboral y familiar porque los buenos profesionales también quieren ser buenos padres y madres.

- ¿Qué cree que falta en las residencias actuales?

-Mayor apoyo de los organismos públicos y el reconocimiento social que se merecen. Debemos erradicar la idea de que es un lugar al que nadie quiere ir, haciéndolas más atractivas mediante modelos de atención avanzados que permitan a la sociedad entenderlas. También se hace necesario valorar el trabajo de todos los profesionales involucrados, especialmente el de auxiliar de enfermería. Cada vez es más cualificado y, sin embargo, está poco valorado socialmente.

- ¿Qué aspiraciones tiene el hospital asilo de Luarca?

-Aspira a ser un referente a nivel provincial. Hoy por hoy somos un centro muy conocido en Valdés y también en los concejos limítrofes, pero queremos llegar a ser un centro referente en la atención a nuestros mayores. A nivel asistencial, nuestro reto es evolucionar para transformar la residencia en un lugar que permita la proyección de la vida de nuestros mayores, una vez que resulta imposible continuar en sus casas, ya sea por la existencia de barreras arquitectónicas, por la soledad, por tener necesidades emocionales o limitaciones físicas... convirtiéndola en un hogar acogedor y garantizando los cuidados necesarios para la persona mayor.

- ¿Cuál es la mejor estrategia para envejecer feliz?

-Lo que se ha dicho tantas veces: cuidarse mucho y llevar una vida sana mientras se es joven, pero sin olvidar disfrutar de la vida. Lo más importante: disfrutar cerca de los nuestros hasta que se pueda.