El centro social y de día de Cudillero es “mágico” para algunos de sus usuarios. “Llegas aquí, te cuidan y te olvidas de todo”, dice risueña y con empeño en transmitir el mensaje la cudillerense Margarita López. La pandemia y la necesidad obligada de aislamiento pasó factura a muchos mayores que viven solos y también a muchos cuidadores de personas dependientes que se vieron, tal vez, desbordados. Desde hace un tiempo, María Jesús García, directora de ambos centros de Cudillero, reunidos en el mismo espacio físico y bajo una misma gestión desde hace años, hace cambios para lograr más usuarios y la “mejor atención para cada uno de ellos, la que necesita cada uno, no el grupo”.
“Tenemos talleres de todo, dentro de lo que nos piden”, manifiesta García mientras muestra una exposición de materiales de mar relacionados con Cudillero y hechos por los usuarios. Y así es como el servicio de atención a mayores se hace camino “pese a las dificultades siempre presentes”.
Ahora, el acceso al centro social es libre y ya no es obligado ser miembro de la asociación de jubilados para disfrutar de instalaciones y actividades. “El que quiera, puede venir, las puertas están abiertas”, señala la directora y enumera aquellos talleres que hoy por hoy se ofrecen: informática, lectura, salud y bienestar, entrenamiento de emociones positivas, patchwork, fitness saludable para dos grupos dependiendo de sus patologías previas, y ganchillo.