Me llamo Javi Roche, El Chatarrero, boxeador profesional y campeón de España en la categoría superwelter, y os voy a enseñar cómo el deporte es una forma de vida gracias al boxeo. Luego dice que lo bonito del boxeo es golpear y que no te golpeen. No te jode. Y lo bonito de robar un banco es robarlo y que no te trinquen. Del mismo modo que lo bonito de un partido político es reformar la sede o montar unos mítines que te cagas con dinero no declarado y que ni la prensa ni el juez te monten un pollo por quítame de ahí una corrupción puntual, como todas las del PP. Total, que escuchado lo escuchado al tal Chatarrero, tendría bastante, suficiente. Pero he de seguir porque en Cuatro encontró acomodo no sólo como boxeador que le enseña a quien quiera aprender «lo bonito del boxeo» sino -y no me pregunten por qué- como perseguidor de entuertos y daños varios a animales de diverso pelaje en una cosa llamada 'A cara de perro'.

Pero que no se preocupe el universo animal en su conjunto. Javier, o el Chatarrero, eso va en gustos, está dispuesto a pelear por los derechos de todo bicho o bicha vivientes, desde delfines en piscinas minúsculas a equinos depresivos, desde burros traumados a canes famélicos. Pero igual que la pela es la pela, la tele es la tele. Hasta Frank Cuesta, que vive de hacer espectáculo con animales, denunció a Cuatro y a Javi de hacer espectáculo con animales. Se acusa al programa de darle un final feliz a una historia -salvar un perro-, cuando en realidad murió el animal. Es decir, que 'A cara de perro' manipula como una vulgar TVE para adaptar la realidad a sus guiones. Nada nuevo. Es la tele, tontos, es la tele. La chatarra no tiene buena prensa.