No tengo a bien escuchar la radio de los obispos, ni su tele, así que cuando hablo de lo que dicen, hacen, emiten, esputan, condenan, alaban, odian, desprecian, apoyan, miman, difunden, tergiversan, manipulan o callan lo hago porque he visto retazos de todo eso en otras teles, en otras pantallas, en otras páginas. Es verdad que estos señores, y el equipo de asalariados que actúan de mamporreros de su moral y sus dogmas, se ganan a pulso un protagonismo que no debería de conocer el descanso. Su escudo es la religión, pero todo el mundo sabe que en la empresa que representan la religión es la excusa, es lo de menos. Ahí hay otras telas que cortar, queridos jerarcas y comparsas.

Como me imagino que el lector tendrá somera idea de la falsa y absurda polémica en torno a una carroza de las que conformaban la cabalgata de los Reyes Magos en Vallecas, iré al grano. Hablo de la carroza a la que subieron€ Luis del Val lo explica mejor tal como hizo en la Cope. "Melchor va a ser un travesti, Baltasar la tortillera, y Gaspar, muy hormonado, irá enseñando las tetas. Van a ensuciar la fiesta, en vez de ser ellos gays, son maricones de mierda". El lindo escupitajo se dijo, todo encaja, en el programa de Carlos Herrera. Yo escuché la delirante filípica en Más vale tarde, el programa de La Sexta. No entendí nada. No encajaba la imagen que recordaba de Luis del Val con lo que salía por su boca. Siempre me pareció un hombre sensato, prudente, respetuoso e inteligente. ¿Cómo un tipo sensible es capaz de decir que "la Cabalgata de Reyes es la exaltación del gay y que los niños aprendan a ser maricones desde las tiernas edades"? Qué decepción. Desde el Observatorio contra la LGTBfobia tendría que ser denunciado. Se lo merece, don Luis.