La granada es una de las frutas con mayores propiedades antioxidantes pero comerla como postre o incluirla en platos como ensaladas o cremas suele suponernos un engorro por lo difícil que es de pelar.

Para pelar una granada en un momento y sin esfuerzo alguno, existen dos métodos. Si lo que te interesa es desgranarla entera porque la vas a utilizar en alguna receta, la forma más rápida es la siguiente:

1) Con la ayuda de un cuchillo corta la piel de la granada en sentido horizontal a media altura, como si quisieras cortar la fruta por la mitad. Pero ¡ojo! No claves mucho el cuchillo. La intención es cortar la cáscara, no romper los granos.

2) Sujeta la base de la granada y haz girar la parte superior de manera que, debido al movimiento de torsión, se acaben separando las dos mitades.

3) Sujeta cada una de las mitades sobre un bol amplio y golpéala con una cuchara de madera o similar para que los granos vayan cayendo.

Si lo que te apetece es tomarte una granada de postre o en la merienda, existe otro método. Es menos rápido pero muy eficaz para comerte la pieza de fruta tranquilamente sin complicarte la vida y sin que salgan los granos disparados.

1) Con un cuchillo corta un círculo de cáscara aproximadamente a dos centímetros de la corona. Al igual que en el otro método hay que tener cuidado de cortar solo la cáscara para no romper los granos.

2) Retira la "tapa" que acabas de cortar tirando de ella con cuidado.

3) Corta la cáscara siguiendo las telillas que separan los granos.

4) Tira hacia afuera siguiendo los cortes que acabas de hacer para separar la granada en gajos.