A pesar de la escasa acogida en medios políticos y televisivos, nos ha llegado la buena noticia de una nueva iniciativa en defensa de la mujer, la maternidad y la vida. Su promotor principal es el periodista italiano Giuliano Ferrara, director del diario «Il Flogio».

Se considera que hay vida humana original y diferenciada desde la concepción. La ciencia lo avala. No hay más que ver las ecografías que desde muy pronto nos dan a conocer incluso el sexo del infante. Lo que es lamentable es que se permita y se tolere que se utilice la ciencia para la barbarie, como es el caso de lo que ocurre en India y China, donde se hacen abortos selectivos a niñas en el útero materno. Terrible.

Lo primero que destaca Ferrara es la necesidad de un cambio de rumbo en relación a las mujeres, muchas de ellas adolescentes con embarazos inesperados. Nada de condenarlas ni perseguirlas o atropellarlas mandándolas a abortar. Lo que hay que hacer es acogerlas con amor, prestarles apoyos afectivos y materiales para que no se dejen avasallar por instituciones, parejas u otros, para que accedan a que eliminen la vida al hijo que esperan y pasen a padecer el síndrome posaborto que, a tenor de algunos estudios que están saliendo actualmente, produce una gran amargura por la pérdida, el desgarro y el horror de haber interrumpido una vida naciente e indefensa.

Es la tristeza del abandono de la esperanza en lo más sagrado, la vida humana. Afortunadamente, surgen iniciativas a favor de la mujer y su atributo más sublime cual es la maternidad. En Asturias tenemos la Asociación Mar (www.asociacionmar.es), que ayuda a mujeres asturianas con embarazos inesperados.

Las personas sensatas entienden esto. No creo que apoyen esta barbarie del aborto. Lo lamentable es que los políticos, especialmente quienes representan a estos sectores, no se atrevan con este asunto. Lo vimos en la pasada campaña electoral en España, donde la derecha reformista nuevamente ha jugado en el terreno que le marca la izquierda radical. ¿Ganan votos con esta falta de energía y solvencia intelectual en el combate moral o de ideas? Me temo que no.

El pasado mes de marzo, Ferrara estuvo en Madrid y, entre otras cosas, dijo que la vida es un derecho sagrado y que era necesario considerar que «1.000 millones de abortos en los últimos 30 años y 50 millones de abortos cada año son demasiados».

El manifiesto pro moratoria pide, en concreto, una enmienda al artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que señala que «todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona». Se debe añadir «desde la concepción hasta la muerte natural».

Coincido con Ferrara que su iniciativa se deriva de la recta razón de la ley natural. Pueden apoyarla personas desde diversas concepciones políticas, creencias, ideas. Es una muy buena causa la de la vida, la familia y la maternidad. Se han adherido a esta propuesta personalidades relevantes del mundo de la cultura. Todas ellas ven las orejas al lobo. El peligro está dentro, en quienes llevados de una debilidad de la razón y una cortedad de miras nos llevan al autosuicidio y disolución de los principios y raíces de Occidente. El caso que nos ocupa, el fomento y la protección del aborto, es sin duda un indicador clave de nuestra decadencia y vuelta a un nuevo paganismo que recuerda lo más negro de Esparta o Roma como fueron los infanticidios.

En consecuencia, los primeros firmantes de esta propuesta solicitan «una moratoria de las políticas públicas que fomentan formas de sumisión injustificada y selectiva del ser humano durante su desarrollo en el vientre de la madre mediante el ejercicio arbitrario de un poder de aniquilamiento violando el derecho de nacer y la maternidad».