En alguna ocasión anterior auguramos ya que Carme Chacón daría mucho de sí, y que sus movimientos reclamarían que los focos informativos estuvieran puestos con frecuencia sobre ella. Ya llamó la atención su designación, su toma de posesión y ahora su primera iniciativa, la de emprender viaje a Afganistán a visitar las tropas españolas en aquella recóndita y difícil misión. A este paso, el escribidor, graciosillo, irónico y despreciativo que habló de «batallón de modistillas» se va a tener que tragar la cancioncilla como si de aceite de ricino se tratase, porque son precisamente las mujeres ministras las que están cogiendo los toros por los cuernos. Porque mientras Carme Chacón, superembarazada ya, saludaba en el país de la burka a nuestras tropas, masculinas y femeninas, a Elena Espinosa le correspondía explicar, y a ser posible convencer, con los consejeros de agua, sequías, trasvases, medio ambiente y asuntos similares de la oportunidad, conveniencia y justicia de que los barceloneses puedan disponer de un caudal de agua en el caso de que las lluvias de esta temporada no alivien su gravísima situación de sequía.

Desde luego ésta parece ser legislatura de mujeres. La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, también está viéndoselas con complicaciones que acaso no hubieran llegado a tener González Pons, Arias Cañete o Pío García Escudero, en el mismo cargo. S. S. S. ha visto cómo diputados de su propio grupo le tumbaban una proposición no de ley que no satisfacía sus propósitos, los de los diputados críticos, de dejar suficientemente en evidencia las contradicciones del Gobierno en materia de transporte urgente de agua a Barcelona. La propia S. S. S. ha visto el renacer también crítico del que fue número dos de Aznar, Álvarez-Cascos, quien atiza a Rajoy por haber situado a las personas más afines en puestos de responsabilidad, parece que en clara referencia a la portavoz. S. S. S. se ve en la muy severa pelea interior, precongresual, de su partido, donde ya se aprecia el «todos contra todos»: el muy fiel Güemes -fiel a Esperanza Aguirre- arremete contra sus correligionarios del PP de Andalucía y su jefe Javier Arenas «porque llevan 30 años acomodados en la oposición, perdiendo elecciones».

Pues en esta riña feroz de los políticos, al menos algunos están donde debieran, y entre ellos las tres políticas mencionadas en las líneas anteriores, entregadas a sus correspondientes causas: la presencia española en misiones extranjeras, la solución al problema del agua y el desatasco del problema de la Justicia y su penosa y lamentable administración, fruto de la dejadez e ineficacia de equipos anteriores, cuando no de estrategias perfectamente planificadas para que tal caos llegara a producirse.

La jefa del Ejército ordena: «Capitán, mande órdenes». Y se estrena en el país de la burka, con un bebé de siete meses que, como dice un amigo, «nacerá alistado y haciendo formación»...