Fue el sábado pasado cuando en Avilés ocurrió uno de los sucesos culturales más singulares que recordar pueda. Todo un acontecimiento. En tal día, décimo del mes de mayo, tuvo lugar en la Casa Municipal de Cultura una reunión literaria cargada de armonía. Había mucho vate en el escenario y en el patio de butacas; alguien lo resumió así «Nunca se vio tanto poeta por metro cuadrado en Asturias».

Me acuerdo que de niño, por este tiempo primaveral, nos hacían cantar religiosamente lo de: «Venid y vamos todos, con flores a María» De mayor, y el otro sábado, se me transformó y no milagrosamente en un: «Venid y vamos todos, con flores a Marian Suárez». Porque eso ocurrió espontáneamente en el acontecimiento que intento trasladarles, asunto un tanto inútil, porque había que haber estado allí.

Allí, dirigiendo todo el tinglado, con su poca «salud de hierro» -como ella que me dijo- estaba la feliz autora. Había confiado el diseño del acto a Benjamín Menéndez, aquel que plantó los tres conos gigantescos que ligan con la ría avilesina. También estaban Bach, Mozart y demás familia, puestos en doremifasol por el piano de Ana Pico. Y luego veintidós personas de todos los estamentos sociales, políticos, educativos y artísticos. Se montó tal tinglado que aquello se convirtió en un tremendo acto coral, por obra y gracia de una mujer: Marian Suárez y de su antología poética, recién salida del horno editorial: «Puente colgante sobre el abismo de las sensaciones».

Aparte de Marian, no conseguías saber quién era más protagonista, si los veintidós que leíamos sobre el escenario, o los doscientos que escuchaban en el patio de butacas. Había rayos y centellas creadoras por aquella sala. Fue una tormenta de gran aparato literario.

Marian viene de siempre, de aquellos avilesinos «Jueves Literarios», tertulianos y periodísticos, que anidaron en torno a Ana de Valle. O sea: J. M. Feito, Eugenio Bueno, J. L. García Martín, L. Sánchez Torre, Herme, Felicísimo... Siguiendo la estela de aquel brillante grupo poético, vienen hoy pisando fuerte jóvenes poetas, muy activos también en la prosa periodística: Natalia, Esperanza, Aurelio, Fátima, María José, Elisa y bastantes más, que forman el grupo Creactiva.

Hay un puente colgante sobre el abismo de las sensaciones de estos y de aquellos, por ejemplo Marian, una creadora indesmayable, que ahora mismo investiga sobre el lenguaje de la mirada.

Mallarmé decía que la poesía es música, y José Martí, que honradez. De forma que podemos colegir que Marian Suárez es música honrada de las letras. Una encantadora persona que ha devenido en destacado personaje literario, que a día de hoy constituye todo un lujo poético para Avilés y para Asturias. De momento.

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