Desde hace ya varias décadas el concejo de Ribadesella goza de una institución benéfico-docente que, a pesar de sus numerosas ayudas a hijos humildes del concejo, siempre ha mantenido una gran discreción.

Para conocer los orígenes de dicha entidad hay que remontarse a 1866. En este año nace don Dionisio Ruisánchez Fuentes, natural de Oridellu (Ribadesella). Con doce años emigra a Cuba, donde trabaja duramente hasta abrir una mueblería en dicha ciudad. Se casa en primeras nupcias con doña María Iglesias Blanco; tras enviudar, años después, conoce a doña María Teresa Avelina Cerra Rosete, oriunda de Abeo (Ribadesella), con la que se casa. Ambos viven en Cuba y vienen a España frecuentemente a pasar el verano a su casa de la Playa, el denominado chalet Verde. Ninguno de los dos matrimonios tendrá descendencia. Habiendo vivido hasta los 90 años, don Dionisio muere el 27 de abril de 1956 y doña Avelina lo hace veintidós años después, tras haberse asegurado de dejar cumplidas las últimas voluntades de su esposo.

Con el fin de ayudar a otras personas a labrarse un porvenir y así evitarles las dificultades por las que pasó su generación, don Dionisio dispuso en su testamento una dotación económica para la creación de una fundación benéfica con sede en Ribadesella. Dicha dotación estaba valorada en 1956 en 9.463.667,47 pesetas (56.878 euros) y en 1970 había ascendido a 38.311.830,75 pesetas (230.259 euros). Las rentas generadas por este capital se destinarían a sufragar las actividades de la fundación.

En cumplimiento de lo dispuesto por el benefactor riosellano, el día 20 de septiembre de 1965 doña Avelina consigue constituir legalmente la Fundación Ruisánchez, que desde entonces no ha cesado en las actividades para las que fue creada. Años más tarde, los estatutos de la Fundación serían aprobados por el Ministerio de Educación y Ciencia.

Además de la dotación económica antes mencionada, en 1965 doña Avelina dona un terreno ubicado en la Playa, sobre el cual se construye el Colegio Libre Adoptado Fundación Ruisánchez, que funcionará como centro de educación secundaria y formación profesional hasta la inauguración en 1991 del actual instituto.

Las funciones benéficas de la fundación conllevaban la creación de un patronato encargado de gestionar las actividades de la misma, cuyo desempeño era, y es, totalmente gratuito. En su origen el patronato estaba integrado por un presidente y cuatro vocales. A la sazón ostentaba la presidencia don José Ruisánchez Rosete, sobrino del testador, y, en su defecto, el mayor de sus hijos varones, don José María Ruisánchez Blanco. Los vocales eran don Gerardo García González, don Antonio Uría Aza, don Javier Ruisánchez Rosete y don José Ramón Blanco Suárez.

En su artículo decimoséptimo, los estatutos establecen que el patronato «podrá modificar los presentes estatutos en los términos que estime oportunos, acomodándose a lo dispuesto en las leyes para tales casos». Así pues, en 2004, los estatutos fueron adaptados a la ley 50/2002, de 26 de diciembre. Los fines fundacionales son los siguientes:

1. Proporcionar la adecuada instrucción para el aprendizaje de un oficio a los jóvenes de ambos sexos, naturales del concejo de Ribadesella, menores de 21 años, o a los que, no siendo naturales de dicho concejo, sean hijos de padres riosellanos, o que, sin reunir ninguna de dichas condiciones, lleven residiendo en este concejo más de diez años, siempre que dichos jóvenes sean de familias modestas, que carezcan de medios económicos para costear dicho aprendizaje.

Las ayudas encaminadas a este fin podrán prestarse en forma de becas o asignaciones -mensuales o anuales- de dinero, pudiendo extenderse, en caso de no haber suficientes jóvenes menores de 21 años que precisen ayuda para la realización de estudios de formación profesional, a jóvenes con edad superior, para la realización de estudios de formación profesional, de tipo medio o superior, comprendiendo las estancias o desplazamientos a los correspondientes centros de estudios o universidades radicados fuera del concejo. En todo caso, deberán cumplir las demás condiciones (ser naturales del concejo de Ribadesella, hijos de padres riosellanos o residentes en el concejo de Ribadesella por tiempo superior a los diez años, careciendo de medios económicos suficientes para costear sus estudios, desplazamiento o estancia).

2. Será fin complementario de la fundación el abono de pensiones vitalicias a ancianos de ambos sexos, mayores de 60 años, que sean naturales del concejo de Ribadesella o que hayan residido en él más de veinte años y que carezcan de medios económicos suficientes.

El número de jóvenes que reciban instrucción y el de ancianos pensionados será, en cada momento, el mayor que permitan las disponibilidades económicas de la fundación.

3. En caso de existir fondos suficientes de la fundación y cuando no haya un número suficiente de jóvenes o ancianos que reúnan las condiciones indicadas, podrán aplicarse los beneficios de la fundación a los que sean congruentes y armónicos con los fines definidos en los dos números anteriores.

En la actualidad, la presidencia del patronato es ejercida por el notario de Ribadesella, siendo los vocales las personas que ostentan en la villa los cargos de juez, director del Banco Herrero y director del Instituto de Educación Secundaria.

Hace pocos años, la Fundación Ruisánchez adjudicó la cesión de un local de su propiedad, sito en la calle López Muñiz (esquina plaza María Cristina), a la Asociación de Jubilados y Pensionistas «Los Más Grandes». Este local había sido donado a la fundación por los hermanos don Gerardo y doña Concepción García González.

Con sede en el actual Instituto de Educación Secundaria Avelina Cerra, durante el año 2007 la fundación concedió pensiones de vejez y becas por un total de 9.536 y 22.050 euros respectivamente. Durante el presente año, se están abonando doce pensiones y, para el curso escolar 2008-2009, se concederá un total de cuarenta y ocho becas: veintidós para estudios universitarios, siete para formación profesional fuera de la comarca del Oriente, cuatro para formación profesional en centros de la comarca y quince para estudios de Bachillerato.

Como podemos ver, la entidad continúa actualmente la extraordinaria labor benefactora dispuesta por sus creadores, los mecenas riosellanos don Dionisio Ruisánchez y doña María Teresa Avelina Cerra Rosete.

«De bien nacidos es ser agradecidos», dice el refrán. Por ello, permítaseme agradecer públicamente el trabajo realizado por la Fundación Ruisánchez a favor de los riosellanos, en particular porque quien esto escribe hace años disfrutó de una beca concedida por esta insigne institución.

¡Gracias, don Dionisio y doña Avelina!