Gijón espera con confianza el partido que mañana, a las siete de la tarde, enfrentará al Sporting con el Recreativo de Huelva, en el campo municipal de El Molinón. Los rojiblancos conocen perfectamente la dimensión del desafío: la permanencia en la Primera División depende totalmente del once local, y por tanto la victoria ha de ser la única consecuencia de tal premisa.

Calcular las otras dos posibilidades, el empate o la derrota, significaría sumirse ahora mismo en un juego de combinatoria con respecto al Osasuna, otro de los equipos que el domingo se juegan la permanencia en su estadio del Reyno de Navarra, frente al Real Madrid. Dicho sintéticamente, el Sporting tiene que ofrecer un resultado igual o mejor que el del Osasuna en una tarde de pasión futbolística en la que todos los equipos involucrados en mantener la categoría jugarán a la misma hora. El Racing frente al Getafe, y el Betis frente al Valladolid, junto al encuentro en El Molinón, producirán una sincronización de destinos que transformarán la jornada en una tarde de transistores aún dentro de cada estadio.

Estos vibrantes finales de Liga, con la salvación casi pendiente del último minuto, como en los buenos relatos y películas, no son ajenos a la historia reciente del Sporting. Pero esta vez la pasión sportinguista parte con buenas dosis de confianza en su equipo. En el estadio Nuevo José Zorrilla, el pasado domingo, hubo coraje y entrega, aspectos que identificaban cómo la mentalización de los hombres de Preciado había sido intensamente trabajada. Una semana antes, frente al Málaga, el Sporting exhibió buen juego y la misma conciencia de un equipo que ha de continuar en Primera. Ambos encuentros ayudan a enfrentar la cita de mañana contra el Recre de modo esperanzado, tras una temporada de altibajos.

Miles de gijoneses hicieron cola durante la madrugada del pasado martes para obtener las entradas de mañana. Con todo el papel vendido en taquilla, y con un estadio abarrotado por 24.000 seguidores, el apoyo indeclinable de la afición está garantizado.

Además de todo ello, Gijón es y quiere seguir siendo ciudad de Primera, aprovechando así los beneficios y satisfacciones que ello aporta en el orden deportivo y en el de una ciudad acogedora y agradable. Es seguro que la villa de Jovellanos sólo gozará, y mucho, con la permanencia en una de las mejores ligas del mundo. Por eso todo Gijón está con el Sporting.