A las setenta y dos horas del calado del segundo túnel de la variante del Pajares, a cargo de superman Pepiño, y después del consiguiente alborozo porque, al fin, en lo esencial esa ingente obra está culminada, reaparecen las dudas y los interrogantes de siempre.

Vamos a ver, ¿por qué en Galicia el AVE no tendrá tres hilos como aquí?, ¿por qué tampoco los tienen las vías de Alta Velocidad de Madrid a Sevilla ni de Madrid a Barcelona ni ninguna otra salvo tramos, digamos, anecdóticos?

Otra pregunta: ¿por qué Pepiño Blanco aquí no ha dado plazos mientras que en Galicia hace nada indicó que el AVE llegaría a finales de 2011?

Una tercera cuestión: ¿por qué existe un estudio cerrado ya en diciembre del año pasado sobre el trazado del AVE por Asturias y no se muestra?, ¿será porque, como algunos llevamos tiempo alertando, pretenden sortear Oviedo y darle el golpe de gracia a la capital? El ministro Blanco ha dicho que habrá estación del AVE en el centro de Oviedo, pero ¿qué se puede esperar de la promesa de un miembro del Gobierno de ZP si nada menos que veinte veces negaron negociaciones con la ETA tras el atentado de Barajas y después reconocieron su existencia? Y lo peor es que tras ese reconocimiento ZP aún tuvo la cara de presentarse a unas elecciones generales y ya en el colmo de los colmos ¡las ganó! Para el caso, Blanco puede meter veinte veces la mano en el fuego asegurando que habrá parada en Oviedo y a la veintiuna decir que no, ajajajá, era broma, sin que ese gigantesco engaño tenga ningún coste electoral.

A mi juicio, las promesas creíbles, increíbles y mediopensionistas del pasado sábado sólo tenían un objetivo: evitar que Álvarez-Cascos desembarque en la política asturiana, refunde el PP y encabece una lista autonómica ganadora.

Le tienen verdadero pánico y para disuadirlo son capaces de prometer incluso un AVE de Gijón a Londres por la mar océana.