El ex concejal de Urbanismo Jesús Morales Miravalles se ha autoinmolado como responsable político del PGOU anulado por los tribunales. Demasiado bello el gesto, pero incompleto, ya que el veterano político gijonés asegura que todo a su alrededor le susurraba que el plan debía ser tramitado por el procedimiento adoptado, el de «modificación», juzgado ahora erróneo por los magistrados.

Sin embargo, a lo largo de estas jornadas de zozobra urbanística, en los mismísimos pasillos de las Casas Consistoriales no se dice lo mismo. De uno u otro modo, se dudó de que el citado procedimiento de «modificación», en lugar del de «revisión» del PGOU, fuera el correcto. Incluso hubo momentos en los que técnicos ajenos al Ayuntamiento mostraron su extrañeza por ese modo de proceder.

Eso sí, a la vez que Morales se ha sacrificado por lo sucedido, ha dejado caer cuidadosamente que hasta la CUOTA del Principado (Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias) no puso objeciones a la tramitación del PGOU gijonés. ¿Qué pensar de ello en este tiempo en el que los tribunales han ido derribando diversas disposiciones del Principado?

Por lo demás, existe constancia de otra media docena, o más, de recursos contenciosos contra el PGOU, cuyas sentencias podrían ir goteando en las próximas semanas o meses. Tal vez por ello el Ayuntamiento no ha dicho nada acerca de volver a tramitar el PGOU, a la espera de dichos fallos, por si alguno les es favorable o por si otros acusan nuevos defectos en el plan. Sin embargo, la cuenta atrás de esa posible retramitación ya ha empezado a correr.