La Procuradora General del Principado de Asturias es una institución clave en democracia que acaba de cumplir tres años como defensoría del pueblo asturiano. Durante este tiempo la institución ha defendido los derechos de los ciudadanos actuando como intermediaria entre sus deseos, necesidades y la no siempre accesible Administración. Esta tarea es uno de los más sanos y necesarios ejercicios de cualquier Estado de derecho. Han sido tres años de trabajo por las causas justas y por defender a todo aquel que llama a nuestra puerta para ser escuchado, para recibir información, consejo o atención.

Estos tres años se han pasado en un suspiro: informes de gestión, kilómetros recorridos en el «defensobús», publicaciones para que puedan estar al alcance de todos, presencia en la Feria de Muestras y Mercaplana, informes ordinarios y extraordinarios a la Junta General del Principado de Asturias, desarrollo de la página web, presencia en las publicaciones diarias, guías divulgativas sobre los derechos universales, contactos con otros defensores de España, etcétera. La lista es interminable y la guinda del pastel ha sido la recién inaugurada sede de la Institución en la ovetense plaza de Riego. No es nuestra sede, es su sede, la de ustedes. No es un edificio administrativo sin más, es la Casa de los Derechos. No es su nombre oficial, desde luego, pero es un nombre que revela la filosofía de fondo del trabajo desempeñado: defender a los ciudadanos, que la casa de la Defensora sea su casa.

¿Nos atacan y por eso hay que defenderse? No se trata de reflexionar en clave de «buenos» y «malos», pero sí es verdad que unos engranajes tan diversos y complejos como los de la Administración, unos procedimientos que a veces son laberínticos, pueden llegar a perder de vista que están ahí para servir a los ciudadanos, para hacerles la vida más fácil. Cuando la Administración no facilita las cosas, sino que las retuerce y daña los derechos básicos de los ciudadanos, ahí estamos nosotros. La Procuradora General del Principado actúa con independencia, y ése es uno de sus grandes pilares; con dedicación, con rigor, con todo el tiempo del mundo, con toda la ecuanimidad posible, con humanidad, con la ley en la mano y con los pies en la tierra. Perseguimos la utopía de una sociedad más justa, pero lo hacemos desde la realidad, la ley, el rigor y la seriedad. Se trata de poner orden, cordura y calma donde a veces hay demasiados malentendidos. Es un trabajo para prevenir y defender. Se previene informando, divulgando los derechos fundamentales de los ciudadanos, trabajando de cerca con las administraciones locales. Defendemos investigando cada caso que llega a nuestra mesa de trabajo y tratando de llegar al fondo de la cuestión, sin prisa, pero sin pausa, con las ideas claras y la prioridad puesta en los ciudadanos.

Sócrates escribió que «cada uno de nosotros sólo será justo en la medida en que haga lo que le corresponde». La institución cumple tres años de trabajo tratando de hacer lo que corresponde. Queda mucho por hacer, pero sabemos que hemos puesto bien los cimientos, que tenemos las ideas claras y que lo que queremos es estar cerca de la sociedad asturiana. Tenemos ideas, tenemos ganas de trabajar y de hacerlo bien. Las puertas de nuestra casa están abiertas. Les esperamos.