Lo acaba de anunciar a bombo y platillo el Ministerio de Fomento y parece que comienza a tomar cuerpo la cantinela de horadar la falda del Sueve para comunicar, a través del Fitu, la zona del suroriente astur con la Autovía del Cantábrico. En un principio, 200 «kilos» de nada destinará el Gobierno de Rodríguez Zapatero a esa importante infraestructura viaria, alternativa en su día a la ideada -la controvertida autovía del Sella- por el ex ministro del PP Francisco Álvarez-Cascos. De momento, con la llegada de la buena nueva, nadie se ha rasgado las vestiduras en esta comarca del Principado, como si les hubiese cogido a contrapié o en pleno sosiego veraniego.

Lo que daba sensación de ser una mera promesa preelectoralista del PSOE de Asturias, tras haber hecho suya una iniciativa lanzada años atrás por Izquierda Unida de Parres, poco a poco, pasito a pasito, se está convirtiendo en verdadera realidad. Los votantes progresistas que en los últimos comicios municipales y autonómicos veían (?) con muy buenos ojos esa conexión, bajo el Fitu, entre los municipios de Parres y Colunga con seguridad que rebosan dosis de satisfacción a raudales por ese reciente acontecimiento, vía Fomento-Principado, o lo que es lo mismo, José Blanco y Álvarez Areces. Y es que las promesas, tal como mandan los cánones, están para cumplirlas, sean de los socialistas o del Partido Popular.

Sin embargo, los parragueses que no consideraron oportuno darle su respectivo sufragio a las fuerzas progresistas, o que se abstuvieron de acudir a las urnas, es posible que aún tengan la «mosca detrás de la oreja» sobre el macroproyecto de autovía para el Fitu. El debate volverá a la calle, como en su momento ocurrió con la ocurrencia de Álvarez-Cascos, pese a que bastante gente -entre ellos, algunos socialistas de pro- la catalogaba como de excepcional interés viario para la comarca suroriental asturiana. El tiempo pasó definitivamente -al menos así lo creo- para la del Sella y las puertas se han abierto, con mucho aire fresco, para la del Fitu. ¡Quién lo iba a decir hace apenas nada!

Ahora toca volver a empezar. Ya ha dejado de ser «promesa» para convertirse en palpable «realidad». Las voces detractoras -no sólo los ecologistas de turno- seguro que se han puesto las pilas para iniciar su particular «batalla» en contra de ese ambicioso proyecto que permitiría enlazar la zona interior oriental con la Autovía del Cantábrico. Me imagino que también los dirigentes populares, tanto locales como regionales, se echarán las manos a la cabeza ante lo que se avecina bajo el Fitu. Por cierto, ¿aplaudirán los que se movilizaron en contra del plan de Álvarez-Cascos? A lo mejor se escabullen bajo las alas; o, al contrario, arrecian con una peculiar campaña «Autovía del Fitu, non».

Me temo que no gustará a todos los sectores, y mucho menos a los afectados por el trazado -obviando, por supuesto, el correspondiente «furacu»-, pero lo que debe tenerse en cuenta a estas alturas de la película, sobremanera en la comarca del Oriente, es la perentoria obligación de comunicar el interior de la zona con la Autovía del Cantábrico. Y diría más, igualmente mejorando, pero en condiciones, la comunicación viaria con la Meseta castellano-leonesa a través del Pontón. Eso sí, en la N-625 (León-Santander por Cangas de Onís), nada de ejecutar «parches» provisionales. ¿Por qué en las comarcas mineras del Occidente se aboga por soberbias comunicaciones con el norte de León, con vertebraciones incluso hacia Portugal, y aquí nos debemos conformar con el «maquillaje» de la arcaica vía que une Asturias con la provincia leonesa?