Esta semana, socialistas y populares van a hablar de Educación, y yo me pregunto: ¿serán capaces de llegar a un acuerdo que arregle de una vez por todas la lamentable situación de la Educación en España? Vaya por delante que creo sinceramente que si alguien puede conseguirlo es el actual ministro de Educación, Ángel Gabilondo, porque, aunque no presume de «talante», sí que tiene un talante conciliador y, sobre todo, es consciente de que necesita el concurso de todos para abordar el problema de la Educación.

Pero no es el talante de Gabilondo el que puede ser el escollo, sino la actitud talibana de socialistas y populares. El PSOE se niega a reconocer los múltiples fallos que tienen sus leyes educativas, que a la vista están, y el PP se niega a reconocer ninguna virtualidad de esas leyes, que alguna tienen. Y así, por esa postura talibana de ambas partes, la Educación se ha ido deteriorando en nuestro país sin que nadie haya sido capaz de ponerle freno.

Para empezar, estudiar ya no tiene el prestigio de antaño. Tampoco lo tiene la Formación Profesional. Además, hay una generación de educadores, la más de modernos, que están convencidos de que con las «nuevas tecnologías» lo arreglan todo. Piensan que es importantísimo que cada niño disponga de un ordenador, en vez de preocuparse por que aprendan a leer y a escribir y por que adquieran unos conocimientos sólidos.

Los profesores han perdido la autoridad en las aulas, lo mismo que en las casas muchos padres han hecho una dejación de esa autoridad basada en la responsabilidad, de manera que, cada vez que se publica un estudio sobre nuestros niños adolescentes, los psicopedagogos nos describen un panorama desolador: niños hipermimados, a los que los adultos somos incapaces de decir «no» a nada de lo que piden. Me dirán ustedes por qué mezclo el comportamiento de los niños con su rendimiento académico, pero es que la Educación es un todo indivisible.

Esfuerzo a la hora de estudiar y respeto a sus profesores y compañeros son dos elementos imprescindibles a la hora de abordar la Educación. Por más que se empeñe el PSOE, algo se ha hecho mal, rematadamente mal, estos años pasados y la respuesta no pasa por negar la evidencia. ¡Ojalá! que el ministro Gabilondo sea capaz de lograr un acuerdo entre los dos partidos. Si en algo tan sensible como la Educación no son capaces de ponerse de acuerdo, estarán traicionando a sus electores. Así de claro.